Capítulo 1

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- ¡Buenos días! -gritó una voz que para mí desgracia conocía demasiado bien.

Bonita forma de empezar el día, ¿no?

Leire Aramendi, mi mejor amiga desde que tengo uso de razón y futura periodista. Es alta a comparación conmigo que apenas llego al metro sesenta. Pelo castaño, ojos color miel y cuerpo en forma. Al igual que yo, tiene diecisiete años salvo porque yo los cumplí hace tres semanas y ella cumplirá dentro de un mes los dieciocho, exactamente en Octubre.

- ¿Qué día es? -me tapé con la almohada para no ver como el sol amanecía lentamente mientras a la vez me enredaba en mi calentito edredón.

- El día en el que nuestras vidas cambiarán a mejor -canturreó ella estirándose y tirándome mi ropa sobre la cabeza previamente preparada.

- Ni que te hubieses vuelto una filósofa o algo así -me quejé cogiéndola y poniéndola del derecho para minutos después estar vestida.

- Vamos, tu madre nos llevará en una hora y todavía nos faltan cosas por preparar.

Bufé cansada de que mi mejor amiga fuese a veces tan nerviosa en ese sentido, sin embargo, me quedé callada para evitar la Tercera Guerra Mundial. Porque eso sí, Leire será muy nerviosa pero carácter no le falta.

- Buenos días, chicas, ¿qué tal anoche? -nos preguntó mi madre dándonos la espalda mientras metía dos tazas de Cola Cao en el microondas-. ¿No os quedaríais hasta las tantas viendo series de esas que tanto os gustan, no? -su mirada se chocó con la mía.

- ¡Solo vi un capítulo de Pretty Little Liars, mamá! Leire apagó mi ordenador.

- Así se hace, Leire.

Ella simplemente rió mientras ayudaba a mi madre a sacar las tazas y yo las miraba cual vaga.

- Bueno, ¿a qué hora salimos?

- Cuánto antes mejor, Inés -dijo rápidamente Leire dando su primer sorbo a la taza.

- De acuerdo, pues si ya tenéis todo, en cuánto terminéis nos podemos ir.

- Genial, mamá -mascullé.

En cuanto terminamos de desayunar hablando sobretodo temas de la Universidad, metimos las tazas en el lavavajillas.

***

Madrid estaba a una media hora exacta de nuestro pueblo, cerca de Toledo.

Así que en cuanto llegamos tan solo eran las nueve y media de la mañana.

Gracias, Leire.

Nos separamos de mi madre y lo primero que hicimos fue sacar el móvil abriendo la app de Google Maps para encontrar nuestra residencia.

No parecía estar lejos así que cuando llegamos nos detuvimos ante un edificio de ladrillos blancos, situado en una calle pequeña pero con tiendas de comestibles perfectas para mí.

- ¿En qué puedo ayudarlas? -nos pregunta el recepcionistas cuando estamos frente a él.

- Soy Leire Aramendi. Estoy inscrita en esta residencia. Y ella es Sara Castillo, también está inscrita aquí.

El bedel se gira hacia un ordenador y teclea nuestros nombres. Lee la pantalla y toma una notas en un papel. Vuelve a teclear un nombre, creo que el mío.

Nada. La pantalla le aparece sin resultados. Se gira hacia Leire y le sonríe con amabilidad.

- Bienvenida a la residencia María Inmaculada. Mi nombre es Manuel, y estoy aquí para ayudarte en lo que necesites.

VIVIENDO CON AURYN - PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora