Capítulo 4

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Cogí mis cascos y me coloqué los auriculares en los oídos. La música de Queen me inundaba con su mítico Don't stop me now. Tarareé la canción mientras untaba Nutella en mi tostada.

Así se desayunaba de vicio, ¿no?

Sin darme cuenta, unas manos se posaron en mi cintura y susurraban la letra de la canción en mí oido mientras toda mi piel se ponía de gallina:

Don't stop me now I'm having such a good time 
I'm having a ball don't stop me now 
If you wanna have a good time just give me a call
Don't stop me now ('cause I'm havin' a good time)
Don't stop me now (yes I'm havin' a good time) 
I don't want to stop at all.

Al girarme, vi una imagen que jamás pensé ver en mi vida y que me perseguiría hasta el día de mi muerte.

Adiós infancia.

- ¡¿PERO QUIERES VESTIRTE?! -grité muy alto y acto seguido tapé mi cara con las manos mientras intentaba asimilar a un Carlos desnudo, sí, desnudo. De cabeza a pies y de pies a cabeza. Como Dios lo trajo al mundo.

- Yo que te iba a preparar el desayuno... Que inocente eres a veces, pequeña.

-¡Vete! -grité tirándo el trapo para que no se acerque a mí, aún con los ojos cerrados, hacia él quién lo atrapó al vuelo-. ¡Vístete!

- Tú te lo pierdes, desnudo hago unos desayunos de miedo -dijo antes desaparecer por la puerta.

Destapé mi vista y lo último que vi fue su musculado culo. Madre mía... Sara, contrólate.

Saqué mi móvil y puse a todo volumen Treasure, de Bruno Mars mientras mi mente intentaba borrar, sin éxito, esa imagen por la que, seguramente, miles de fans, si es que se hacían famosos, pagarían.

***

- Gracias por acercarme, Dani -le sonreí cuando bajé del asiento del copiloto.

- Que remedio, me has despertado, te has venido arrastrando hasta mi cama y ne has dado pena...

- ¡Pero si has sido tú el que se ha ofrecido! -exclamé divertida intentando que no se me cayese la carpeta en la que llevaba lo necesario para el primer día.

- Touchè -se colocó sus gafas de sol sobre lo cabeza-. Bueno, te recojo luego, ¿no? ¿A las tres?

- Sí, vendrá una amiga mía, espero que no te importe.

- Claro que no, pequeña. Nos vemos más tarde y mucha suerte. Les vas a dejar alucinados, ya verás.

Sonrío forzosamente y tras asegurarme que llevo todo, me encamino hacia mi facultad, la de Bellas Artes.

Dibujar siempre me ha gustado. Es algo que hago desde pequeña como pasión. Dibujar a la gente, los paisajes e incluso a veces, autoretratarme a mí misma, aunque estos últimos nadie los ha visto.

- ¿Lo has hecho tú? -dice una chica morena de pelo y blanca de piel observando un dibujo que se me ha debido caer.

- Em, esto... sí, ¿me lo devuelves?

- Uy sí, perdona. Soy Lorena Lara y creo que estamos juntas en la misma clase -dice dándome el dibujo con una sonrisa mientras yo lo guardo.

¿Corro o ando rápido?

- Sara -contesté aún dudosa si era bueno que supiese mi nombre-. ¿De dónde eres?

- La Rioja -contesta con otra sonrisa-. ¿Tú de Castilla la Mancha, a que sí? -mi cara tiene que ser todo un poema ahora mismo, ¿cómo lo sabe?-. Se te nota mucho por el acento.

VIVIENDO CON AURYN - PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora