desearía que fuéramos distintos

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Ray fue el primero en llegar a su casa, no se molesto en avisar aquello pues sabía que nadie lo saludaria, al principio los padres de ray pasaban el mayor tiempo posible con el pero desde sus 12 años empezaron a distanciarse de este, ya no comían juntos, no desayunaban juntos ni siquiera los veia los fines de semana cosa que de un modo u otro afectaba a Ray de gran manera pues este se sentía solo, fuera de su escuela estaba solo.

El azabache subió las escaleras que llevan a su cuarto ignorando aquella nota sobre la mesa que tenía un poco de dinero al lado, se tumbo en su cama dejando caer su bolso en un lugar cercano.

(Me encuentro melancólico) pensaba el pequeño mientras tomaba una cámara, la misma cámara que dejo aquel verano a su amiga más preciada cuando eran tan solo unos niños, bueno, aun lo eran, solo tenían 14 años después de todo y aun asi con tan corta edad cargaban en sus corazones un peso que les doblaba los años.

Recordó varias cosas: Recordó un lugar oscuro y húmedo, Recordó una melodía producida por alguien, externa a aquel lugar, recordo las luces penetrantes de la sala del hospital, Recordó como sus padres lo miraban con amor, Recordó como su primera palabra fue mamá y muchas cosas sin importancia que hacían los bebés, pero llegó al recuerdo más preciado.

Por lo general emma y norman habían sido sus amigos desde el útero, sus padres los criaron juntos, los bañaron juntos y los llevaron al mismo preescolar, ahí surge ese recuerdo.

Era un dia soleado, iba tomando la mano de su madre mientras escuchaba a emma hablar entusiasta de cómo sería su primer día aunque utilizaba palabras cortas y fáciles de entender, norman siempre había sentido interés por emma, desde las anécdotas de haber pisado una hormiga hasta su primer película eran cosas que a norman le encantaba escuchar si salían de la pequeña emma, así que Ray siempre se sintió desplazado por estos dos.

Se despidió de su madre y camino junto a los dos pequeños adentro del jardín de infantes y allí vio a una pequeña niña sostener un libro más grande que ella, estaba atenta a este como si su vida dependiera de ello, incluso en un gesto que para Ray era tierno ella frunció levemente el ceño mientras trataba de comprender cada palabra del gran libro.

Esto despertó la curiosidad de ray quien la miraba sin parar, su amiga emma lo noto y camino hacia la chica dándole una gran sonrisa.

Emma: hola! Soy emma, como te llamas? Quieres ser nuestra amiga?

Detrás de ella se encontraba un norman atento a cada movimiento de la pequeña y un avergonzado Ray quien volteaba la cara para que la chica no notará su sonrojo.

T/n: mi nombre es T/n y si quiero ser su amiga.
Su voz era dulce y suave, nada parecida a la de emma que era entusiasta y poco suave, esto había cautivado al azabache quien se acercó un poco dándole su mano.

Ray: soy..soy Ray, el es norman y ya conoces a emma claro.
La chica tomó su mano y sonrío.
Su sonrisa era cálida como un abrazo de su madre en las noches de invierno.

En poco tiempo Ray había dejado de sentirse excluido, gracias a T/n quien siempre lo incluía en las conversaciones además eran demaciado parecidos cosa que a Ray le encantaba.
Ray tenía un gran cariño hacia esta niña despues de todo era de las únicas personas que lo tenían totalmente en cuenta.

Pasaron muchas cosas en su niñez, juegos, pijamadas y varios otros valiosos recuerdos con T/n y sus amigos.

Sonrío inconscientemente, aun tenía a sus amigos pero había algo que lo hacía sentir mal casi sin ningún motivo, lloraba en las noches sintiendose solo, miraba la luna quien parecía más brillante desde su perspectiva y desde hace unos meses tenía una confusión que le penetraba el alma.

Dime que me amas (norman y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora