{4}•Nuevos compañeros

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Nos separamos y empezamos a buscar más comida cuando un gruñido se escucha por toda la tienda. Damos la vuelta y un zombie se abalanza encima de mi. Hailey busca algo con que atacar al zombie mientras trato de hacer que no me muerda pero es mucho más fuerte que yo...

—Hailey a-ayuda— De reojo logro ver a Hailey pero está parece estar desesperada por no encontrar algo cn que atacarlo —.

Me estoy quedando sin fuerzas, trato de defenderme con pies y manos pero es en vano. Cuando estoy a punto de soltar a zombie...

¡BUM!

El zombie colapsa al suelo con la cabeza echa pedazos, alzó la cabeza y veo a cinco chicos bastante atractivos enfrente de mi.

—¡Vamos no hay tiempo!— Vocifera un pelirrojo —.

Volteo y a la distancia puedo observar una horda de zombies, tomo a Hailey de la mano; agarro la mochila que está a un lado mío y los siete salimos corriendo de la tienda

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Volteo y a la distancia puedo observar una horda de zombies, tomo a Hailey de la mano; agarro la mochila que está a un lado mío y los siete salimos corriendo de la tienda.

—¡Son los chicos!— Escucho que Hailey balbucea algo pero no lo logré oír bien —.

Seguimos corriendo hasta que un portón capta mi vista. Me apresuró para llegar al portón, trato de abrirlo pero es inútil, Hailey rápidamente se acercó y ambas tratamos de abrirlo mientras que los chicos están atacando a esas bestias caníbales. De repente un rubio con capucha gris se acerca para ayudarnos.

¿Acaso está atascado? Los tres estamos empujando todo lo que podemos pero el maldito portón no se abre, incluso el chico de capucha gris está desesperado. Retrocedo un poco y corro lo más rápido que puedo hacia el portón, este se abrió pero en consecuencia los tres caímos rodando en el suelo.

Trato de levantarme y es inútil ya que mi cuerpo duele. De reojo puedo observar que los demás chicos entran a excepción de un chico con un bate que aún sigue golpeando a los zombies.

—¡Ethan! Deja eso y entra— Ordena un chico con lentes —.

—¡Ven adentro rápido!— Habla un albino —.

Este le hace caso y entra. En cuanto entra los demás cierran el portón.

—Eso estuvo cerca— Dice un pelirrojo —.

¡PUM!

¡PUM!

El sonido de los zombies golpeando el portón le daría miedo a cualquiera pero no a mi, debo mantenerme firme ante todo.

Me levanto y el chico albino se acerca a mi.

—¿Estás bien?

—¿Que hay de tí?. ¿Estás herido?

—Estoy bien. ¿Tu estás herida?

—Me encuentro bien.

—Eso es algo bueno—Sonríe —.

•Nuestra pequeña promesa•||Dangerous fellowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora