Tu Falta de Querer - Katsudeku/ ¡En Edición!

🌿1🌿

Se amaban.

Izuku sentía siempre esa calidez en su pecho cada que veía a Katsuki haciendo cualquier cosa.

Katsuki simplemente no podía decir que Izuku le desagradaba, al contrario, era tanto el cariño que dolía.

Un día simplemente sus corazones se abrieron, e Izuku se confesó a Katsuki.

El sentimiento siempre fue mutuo, así lo sintieron, pues era genuino.

Desde batallas complicadas con villanos a la más mínima discusión entre ellos, nunca se separaban.

Entonces, ¿Por qué todo terminó de ésta manera?

🌿

Un día cualquiera, Katsuki e Izuku discuten acaloradamente otra vez;  una cosa que se habría podido arreglar con palabras calmadas pasó a mayores.

Un Izuku dolido, gritaba molesto.

Un Katsuki molesto, gritaba dolido.

Su principal problema era la comunicación, ambos lo sabían pero no sabían cómo abordarlo sin que sea incómodo. Pero seguro que era sus propios orgullos los que no les permita hacerlo, sin saber que él comunicar a tu pareja lo que sientes, y a la vez escuchar lo que tú pareja siente es lo más sano que puedes hacer.

Los problemas no resueltos se acumulan, hasta al punto de explotar. Imagínalo como un globo llenándose de agua, éste se hincha, y cuando ya no soporta el agua simplemente revienta.

—¡Me lo hubieras dicho, por lo menos! Así nadie pensaría que me fuiste infiel. — Izuku era sostenido de las muñecas por Katsuki.

—¿Para qué explicarlo? ¿Dudas de mí? ¿Tanto te importa lo que digan los demás? ¡Sabes perfectamente que esa foto fue tomada hace años y publicada por algún idiota! ¿¡Por qué demonios me reclamas!? Tus malditos celos enfermizos... — Lo soltó agresivamente, haciendo que Izuku cayera al sofá.

Sus gatos se escondían de nuevo.

—¡El problema no fue el beso! Los noticieros, periódicos, programas de televisión no paran de hablar de esa maldita foto. Incluso..-

—Te encanta reclamar por cualquier maldita cosita. ¡Cierra la puta boca por un momento, no te soporto! Mierdilla.

Sabía que estaba hiriendo a su amado... Y sin embargo no podía callarse, se sentía tan molesto.
No podía controlar lo que decía, sabía que después se sentiría como una mierda por decir cosas fuera de lugar. Era un extraño mecanismo de defensa que los humanos tenemos: buscar herir con palabras.

Decimos palabras hirientes sólo para ganar el combate, y cuando estamos enojados decimos cosas que realmente no sentimos. Por eso nos sentimos culpables cuando la adrenalina de la furia se desvanece.

Un comportamiento tanto estúpido como incontrolable. Y este lo cargaban ambos, Izuku y Katsuki. Solo que Katsuki lo hacía siempre, era algo peligrosamente normalizado en su relación. Pero cuando Izuku lo hacía, era devastador.

—¿Crees que yo te soporto? ¡Hay veces en las que quisiera partirte la maldita cara de estúpido que tienes! ¿Crees que siempre tienes la razón? Si tan solo pudiera deshacerme de tí, aunque sea en ratos...

Realmente devastador.

Katsuki se quedó helado, jadeante y furioso. Pero sobretodo dolido.
Reconoció ese asqueroso sentimiento, la garganta se le cerraba, sus labios se fruncian a la par de su entrecejo. Sintió una opresión agonizante en el pecho, y sus ojos rubíes picar.