3.8K 420 45
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Quackity se removía impaciente en su cama. Una cuantas gotas de sudor se podían notar en su frente y su ceño se fruncía con fuerza.

Además de todo esto, fuera de su ventana la rama de un árbol golpeaba con fuerza esta y el viento soplaba fuerte junto con una gran lluvia cayendo.

No... — Murmuró y con sus manos trataba de alejar algo inexistente. — Mhm...

La desesperación se apoderó de él y comenzó a llorar sin razón. Quería salir de ese lugar. De esa pesadilla... pero por más que lo intentara, no podía despertar.

Quacks... despierta. — Escuchó a lo lejos la voz de alguien. — Quackity. — Ahora sentía como lo movían de un lado a otro y la voz se escuchaba más cerca. — ¡Quackity!

El nombrado soltó un grito un poco fuerte y se levantó. En parte había sido por el grito de la persona que lo llamaba, y también por el estruendoso trueno que había caído.

¿Quackity? — Miro a su lado y soltó un suspiro de alivio. Luzu lo miraba con preocupación y daba palmaditas en su espalda mientras a su vez formaba pequeños círculos. Esto para intentar calmarlo, y vaya que funcionaba. — ¿Otra pesadilla?

. — Relajó un poco su cuerpo y abrió un poco más sus ojos, que prácticamente se encontraban cerrados hace un momento, esto por el sueño que aún estaba en el. — ¿Te quedarás a dormir? — Preguntó con ilusión en su voz. Siempre que tenía una pesadilla, volver a dormir le era casi imposible, pero cuando Luzu se encontraba ahí, todo era más fácil, y después de eso no tenía más pesadillas.

Sabes que sí. — Le sonrió. El azabache se hizo a un lado y Luzu removió la sábana para lograr meterse dentro de estas. Y en cuanto estuvo bien acomodado, Quackity no perdió el tiempo y apoyo su cabeza en el pecho del mayor para aferrarse a este con fuerza. — ¿Estás bien? — Preguntó al sentir la fuerza con la que Quackity tomaba su sudadera.

Sí, sólo necesito que estés aquí. — Hundió más su cabeza en el pecho de Luzu y este último lo abrazo por los hombros.

Esto era algo que en realidad pasaba muy seguido. Quackity no sabía la razón, pero últimamente tenía pesadillas sin aparente sentido. Todas lo hacían sentir horrible y un espeluznante miedo. Lo peor era que cuando despertaba, no recordaba en que situación se encontraba que lo hacía sentirse de ese modo.

No lo sabía con exactitud, pero se sentía como si estuviera en un lugar muy extraño sin salida y que tampoco le permitía moverse ni respirar con normalidad. Veía figuras borrosas de personas moviéndose de un lado a otro. Quería saber quiénes eran, pero simplemente los identificaba como garabatos.

Creo que a este paso lo mejor será que de ahora en adelante duerma aquí contigo. Me preocupas. — Luzu acarició con cariño el cabello del menor, lo cual hizo a este último sonreír con satisfacción por el gesto.

Está bien. No es para tanto. — Se acomodó mejor, pegándose más a Luzu en busca de calor. Era una noche fría gracias al fuerte viento, y la lluvia no ayudaba.

¿No es para tanto? Cuando fuiste a quedarte a dormir en mi casa te escuché murmurar cosas, y ahora veo que no solo fue esa vez. — el azabache guardó silencio, sin saber que decir. En realidad si era para mucho. Todas sus noches eran horribles por esas estúpidas pesadillas que Quackity no entendía, y aparentemente Luzu era el único que tenía la respuesta para lograr que desaparecieran. — Dime... ¿qué es lo que sueñas?

No lo sé. — Se encogió de hombros. — Ni quiero saberlo. Solo duerme conmigo, ¿si? — Habló con su voz quebrándose un poco. De verdad que esas pesadillas le dejaban un horrible sentimiento.

Luzu tomó la cara de Quackity como pudo y dió un largo beso en su frente.

Está bien, ¿si? Yo estoy aquí. — Limpió la lágrimas secas que hace un momento inundaban las mejillas del menor — No tengas miedo.

Gracias. — Se volvió a pegar a Luzu, mientras que este se pegaba de igual manera a Quackity para que pudiera recibir su calor y empezara a sentirse mejor.

Siempre era así. Quackity tenía una pesadilla, Luzu iba a consolarlo, y luego dormían abrazados. Y la verdad era que Luzu estaba dispuesto a levantarse en la madrugada todas las noches que fueran necesarias con tal de que su pequeño estuviera bien.

Te quiero mucho. — Escuchó el murmuro del menor que aspiraba con tranquilidad su aroma.

Yo también te quiero mucho. — Le dió un pequeño beso en la mejilla a Quackity, lo cual lo hizo sonreír con ternura — Ahora es hora de dormir. — Empezó a jugar con el cabello de quien yacía pegado a él. Sabía que el azabache se tranquilizaba cuando hacía eso.

Y así era como Luzu lograba crear total paz dentro de Quackity. La pesadilla había desaparecido junto con la fuerte lluvia y con el molesto sonido que creaba la rama del árbol. Todo desaparecía cuando el castaño abrazaba al menor con dulzura para lograr que este no tuviera miedo en las frías noches.

De verdad tenía suerte de que Luzu estuviera ahí para darle un abrazo.

ㅤ‎ᘡ   ݁   sleep,  luckity.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora