Epílogo 2. Trevor

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Me siento entumecido cuando finalmente salgo de la zona de control y paso frenéticamente a la primera planta. Respiro profundamente, llenando mis pulmones y alzo la cabeza.

Ahí está ella.

Leah me sonríe y antes me resultaba extraño verla sin maquillaje, sin sus piercings y el clásico color negro de su cabello. Ahora, creo que es la chica más brillante que he visto nunca.

Me siento y busco sus manos. Se me acelera el corazón y su mirada se llena de luz.

—¿Lo has oído? —pregunta con lágrimas en sus ojos—. Lo he conseguido, Trevor, yo lo he conseguido.

Siento mis mejillas temblar cuando paso mi mano por su rostro, capturando en mi memoria esa hermosa sonrisa. Tiro de su cuerpo hacia el mío y la abrazo, para que ella no vea mis lágrimas. Mi corazón se rompe cuando pienso en lo puto cerca que estaba de desintoxicarse, pero, no, no lo ha conseguido.

Lleva cinco años tratando de deshacerse del puto vicio.

Cuatro desde que decidí mudarme cerca de ella.

Tres desde que me di cuenta de que es la mujer de mi vida.

Y dos años desde que comprendí que por más que la quiera, nuestra historia está condenada.

Hay quienes luchan toda su vida contra sus demonios, otros logran vencerlos en el ring y, otros muchos, se pierden sin luchar, sin siquiera intentar. Admiro su valentía, y sus ganas de querer vivir, pero una sobredosis más, y la perderé para siempre. Aun así, todo lo que sé es que dondequiera que ella esté, yo también quiero estar ahí. Pienso estar en cada una de sus caídas, aunque no haya esperanza porque, entre tanta oscuridad, ella es un rayo de luz. Si necesita ser fuego, yo seré lluvia, y es que no hay fuerza en la tierra más fuerte que la que tenemos juntos.

Nunca dejaré de luchar.

Me enjuago las lágrimas y me fuerzo a sonreír.

—Sí, Leah —asiento, apartándome para observar su hermosa cara—. Sabes que te amo, tú lo sabes, ¿cierto?

—Yo también te amo.

Dulce Caída [TERMINADO] (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora