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Win agarró la perilla de la puerta con decisión y abrió

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Win agarró la perilla de la puerta con decisión y abrió.

Pasa" concluyó invitándome a entrar.

De repente, el temor me atenazó. Nadie sabía que yo estaba allí. Y yo no sabía nada de ese hombre, nada.

Le miré a los ojos. Creo que captó mis dudas. Pero no procuró tranquilizarme. Todo lo dejaba a mi voluntad.

Temerario, di un paso hacia el interior... y otro... y otro...

Él me siguió. Se situó justo a mis espaldas.

"¿Esta oscuro?"

"Me gusta así."

Lo imaginé masturbándose frenéticamente hasta correrse con una abundancia inverosímil.

"¿Por que?"

¿Quieres que te lo diga?" "Si quieres que te lo cuente... cierra la puerta"

Se hizo un silencio.

Escuché los latidos de mi corazón agitado por la incierta situación. ¿Me estaba metiendo en la boca del lobo? Pensé

Traté de adivinar sus intenciones observando las facciones de Win pero en la penumbra, su rostro no me reveló nada.

Apostando a mi deseo en detrimento de mi sentido común, retrocedí unos pasos y empujé despacio la puerta hasta que el resbalón encajó.

La oscuridad se adueñó de la estancia.

"Acércate"

A tientas, me dirigí donde Win esperaba. Me tomo de una mano y me sentó a su lado.

Algo de luz se filtraba por debajo de la puerta, aunque débil como la de una lejana estrella.

"¿Qué ocurre?" preguntó

"Nunca me he sentido cómodo en la oscuridad. Me asusta" respondí

"¿Te da miedo la oscuridad?" preguntó

"Si" respondí

"¿Me tienes miedo?" preguntó

"No te conozco" respondí

A su lado, comencé a experimentar un calor extraño, como una fiebre repentina.

"¿Me tienes miedo?" -repitió la pregunta.

Posó una mano en mis hombros y la deslizó hasta mi cuello. El tacto suave de sus dedos me erizó la piel.

Por un momento dejó de acariciarme. Y yo me oí tragar con dificultad. Pero al poco, reanudó las caricias.

Win me atrajo hacia él. Su cuerpo ardía.

"Win era ligeramente más alto que yo. Me dominaba.

Sus labios me rozaron la nuca en algo parecido a un beso que me provocó una corriente emocional imposible de contener.

NO ABRAS LA PUERTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora