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Mientras jugábamos con nuestros dedos dentro de nosotros, el placer nos hacía flotar sobre la oscuridad de aquella habitación. El ritmo de nuestras manos sobre los culos se animaba por momentos con nuestros sexos frotándose entre sí. Si él me llegaba profundo, yo no quería ser menos. Doblamos las piernas para facilitarnos las maniobras; y en apenas unos minutos nos encontramos entregados a un ritmo frenético con el orgasmo sobrevolándonos como ave de presa que ha localizado a su víctima. Nos besábamos, nos restregábamos, nos hundíamos los dedos sin piedad ni medida a punto de todo, el gusto a las puertas, las ganas desatadas, los vientres entregados, las pollas embadurnadas de seminal... Hasta que Win se detuvo.
"Aún no. Aún no" dijo con la respiración agitada y sudando a raudales. "Aún no. Quiero más. Más"

De acaté su deseo. Porque tenía razón. No podíamos acabar, no debíamos acabar.

Guardamos silencio mientras nos recuperábamos de la agitación y retrocedía la amenaza del orgasmo.

Una vez calmados, Win me acaricio

Tomé su polla humedecido y se lo acaricié justo en el glande.

"Mi polla terminó apretando la entrada de su culo -continuó con la evocación- Además, me cogió la mano y la llevó a su polla. Quería que le hiciese una paja de esas que a él tanto le gustaban. Una paja lenta que le matase de gusto"

No sé si por mis caricias sobre su glande pero emanaba una buena cantidad de preseminal.

 le toque el glande con mi mano manchada de sus secreción y moviéndola tan lento como era capaz.

Win me frenó la mano de repente. Aunque algo de esperma se le escapó.

"¡Joder, ni me he dado cuanta de que me venía!"

"¿Te has corrido?" le pregunté.

"Un poco"

Busqué con la boca el semen vertido y lo lamí sus testículos y su polla hasta la punta. No quería que se vertiera del todo. Esperaría.

Me sentí feliz por tener la libertad de lamer a ese hombre en aquellas tinieblas. Y satisfecho porque me encontraba desnudo a su lado y dispuesto a lo que quisiera.

Cuando me sacié, me tumbé de nuevo. El se volvió hacia mí y me besó.

"Sabes a semen"

"A tu semen"

Le di la espalda y empujé mi trasero contra su sexo. Le busqué la mano y la llevé hasta mi verga también empapada de seminal.

Guardé silencio. Pero me acurruqué cuanto pude contra él y noté la dureza de su polla. 

Win maniobró hasta que la punta de su polla se asentó sobre la entrada de mi culo.

Me acariciaba los testículos. Me los empapo con su secreción.

NO ABRAS LA PUERTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora