LOS CAZADORES CAZADOS

JONNY, ¿PORQUE?

*Rameo

Entré al baño porque me estaba meando fuertemente. Nada más abrir la puerta vi un cuerpo desnudo en frente mía. Tenía gotas de agua por todo su musculoso abdomen. Tenía unos brazos tan fuertes que podrían reventar un culo así 🇻🇪 y unas piernacas como columnas del antiguo imperio bizantino.

Nos quedamos pasmados. Hasta la toalla que tenía al rededor de su cintura se sorprendió tanto que acabó en el suelo. Eso hizo que volviese a la realidad. Iba a cerrar la puerta para irme pero Jonny me lo impidió, me jaló del brazo y me puso contra la pared. Nuestras caras estaban a centímetros de distancia. No sabía qué hacer. No tenía ganas de parar pero tampoco de seguir.

Nos quedamos un rato así hasta que se separó de mi y se fue.

-Peazo aparato reproductor bro -no pude evitar decir.

Después de esto decidí irme a hacer skate con el viento en la cara para aclarar algunas ideas. Llegué a la conclusión de que Jonathan era guapísimo pero también sentía cosas por aquel chico, Hermes.

Por el camino me encontré a Alberto (el del culo abierto) y me dijo que hoy era su boda con la vigueta. No tenía nada mejor que hacer así que lo acompañé.

Fue un día muy bonito. Sin embargo, cuando llegué a casa y vi a jonnas en la cama no pude evitar sentirme mal.

-Ah, ya has llegado, ¿Donde estabas?-me preguntó sexualmente.

Me sorprendí al ver a una chica rubia, con ojos azules, bastante guapa. Su ropa constaba de un sujetador que no hacía mucho su función.

La rabia invadió todo mi ser. ¿Que hacía con esa y quién era? ¿Ya se había olvidado de lo de esta mañana?

-¿Que pasa que no has tenido suficiente conmigo esta mañana? - dije dramáticamente.

Los dos se quedaron sorprendidos. No sabían que decir. Y yo no tenía nada que decir (por xiklanero) así que me fui a casa de Hermes. Él era mi mejor amigo y podía contarle todo. No me importaria dormir en sus fuertes brazos. Al pensar en la palabra brazos me acordé de Jonny esta mañana pero descarté esa idea. No iba a sufrir por un fakboi como ese.

Llamé al timbre de la acogedora casa de un solo piso. Un Hermes sorprendido me abrió la puerta. 

-¿Qué pasa? - me preguntó preocupado.

-Y-Yo... - intenté explicárselo pero simplemente fui incapaz, no estaba seguro de si quería hacerlo a si que simplemente rompí a llorar.

Hermes me cogió de la cintura y me dirigió a su habitación.  Nos tumbamos juntos en la cama. No podía parar de llorar. Cada vez que recuperaba la respiración volvía a acordarme de la rubia en la cama de John y las lágrimas volvían a inundar mis ojos. Hermes no me preguntó nada, entendió que no quería hablar del tema a si que se limitó a acariciarme y a intentar calmarme.

Nos dormimos abrazados.