Capítulo 2: Realidad vs ficción

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Era un bello día de abril, los pajarillos cantaban y se podía oler perfectamente el perfume de las rosas que se asomaban por la ventana de mi cuarto, me acuerdo perfectamente... Como si fuera ayer, me asomé a la ventana, con mi bata blanca de seda que papá me había traído en uno de sus viajes a París, miré que mamá se despedía de papá para ir a su trabajo de secretaria en un despacho de abogados. Al perecer hoy me quedaría con papá todo el día, se llevó el carro.. Pensé. Escuché pasos que se acercaban hacia mi puerta, de un brinco me metí a la cama y me tapé con las cobijas... Alguien abrió la puerta... Unos pasos se acercaban... Sentía un frío por la espalda... Y de pronto... ZAZ... Mi papá saltó arriba de mi, haciéndome cosquillas hasta llorar, se detuvo, me miro y me dijo: -vamos a desayunar preciosa.- Me dio un beso en la frente y se bajó de mi cama. -Te espero.- Me dijo con una sonrisa y bajo las escaleras, me levanté, tendí mi cama y me puse mi uniforme... Ese día desgraciadamente tenía clases, alisté mi mochila y baje hasta la cocina, papá leía el periódico y en frente de su silla, había un rico desayuno con waffles y miel... Me encantaba cuando papá me hacía el desayuno... Mamá siempre me daba un sanwich o comida recalentada en el microondas... Si bien me iba. Me en caminé hacia la escuela,- adiós preciosa.- Me dijo papá antes que me perdiera de su vista, el resto del día en la escuela fue rápido, yo solo quería llegar temprano para jugar con papá el resto de la tarde. Tomé el autobús y corrí hasta llegar y ser una de las primeras en sentarme, en ese entonces tampoco tenía amigos, -¿quién necesita amigos cuando tienes a tu padre?- Pensaba, llegué y en cuánto entré mi padre me dijo:- Okary.- Que significa bienvenida en japonés. Nos pusimos a hacer de comer, hacíamos un rico sushi. -¿Quieres jugar a las escondidas?- Dijo mi papá con tono divertido,- sii-, contesté, -bien cuentas primero.- Me dijo mientras se quitaba el delantal, me tape los ojos y me recargé en la barra de desayunos... -Uno... Dos... Tres...- Conté hasta llegar al veinte, me descubrí los ojos y no veía a mi padre... De pronto algo me pasó... Empecé a sentir mucha adrenalina, la sangre me hervía, comencé a sentir mucha sed, miré que en el centro del mesón había una cuchillera, mis instintos me obligaban a agarrar el cuchillo carnicero... Mis piernas se movían solas, yo ya no tenía control sobre mi cuerpo, me movía como si yo ya supiera donde estaba escondido mi padre... Mire una sombra reflejarse atrás del sillón, sabía que era él, quise gritar para prevenirlo de mi, pero por alguna extraña razón no pude, me abalancé contra él y le encaje el cuchillo en el estómago... Un chorro de sangre salpicó mi uniforme, el olor de su sangre me excitaba, la sensación de su sangre quemaba mi piel y me invitaba a seguirlo acuchillando, Una... Dos... Tres... Cuatro veces más, hasta que dejo de moverse, me levanté y me alejé unos pasos para contemplar lo que había hecho, me asome por el espejo y ví la cara y ropa de alguien parecido a mí, cubierta de sangre, su expresión me daba miedo, una sonrisa psicópata, una mirada enferma, al darme cuenta que era yo la reflejada con el cuchillo en la mano y el cuerpo de mi padre en el piso... Desangrándose... Volví a mi... -Nooooooooo...- Grité con todas mis fuerzas, solté el cuchillo y me acerqué al cuerpo de mi padre, no tenía signos vitales, en eso entró mamá... Gritó de terror al verme, marcó a la policía y a la ambulancia, me tuvieron que llevar a urgencias... Estaba es shock por las heridas poco profundas que me había hecho por el forcejeo... No dejaba de llorar y cuando al fin me estabilizaron, entró la policía a preguntarme que había sucedido... Yo... No me acordaba de nada, los doctores dijeron que era causa de un trauma, después de unos días internada en el hospital de cuidados intensivos... Comencé a recuperar mi memoria... O eso creía yo, en mi declaración dije lo que me acordaba... -Estábamos haciendo la cena para mamá, papá me dijo que jugáramos a las escondidas, yo me tapé los ojos y empecé a contar...- Me detuve por un momento... Me dolió la cabeza al tratar de recordar... De pronto imágenes empezaron a llegar a mi, como si fuera una película vieja... -Cuando abrí los ojos escuché que mi padre peleaba con alguien... Cuando me acerque más pude ver que era un señor con una capucha que acuchillaba a mi padre, cuando el me vio, me tomó del cabello e intentó acuchillarme también pero no lo hizo, se fue cuando escuchó el carro de mamá, cuando yo me acerqué a mi papá, él... Estaba muerto.- Me puse a llorar al ver aquellas imágenes de mi padre, mamá se negó a poner una denuncia, sólo se limitó a verme y le dijo a los oficiales aún sin quitarme la mirada. -Creo que no será necesario poner una denuncia, el ladrón de seguro ya se fue del país, y aunque lo atrapen no me regresará la vida de mi esposo.- Los oficiales comprendieron que el dolor de mi madre era muy fuerte como para estarlo recalcando en una delegación, en cuanto a mí... No fui a la escuela en dos semanas.

*Shimei Ina no recuperó el verdadero recuerdo de lo sucedido, científicamente hablando, su cerebro sufrió un trauma tan grande, que como a defensa de si mismo, bloqueó el recuerdo, sustituyéndolo por otro, solo en sus sueños se sabe la verdad, ya que cuando dormimos, nuestro cerebro se expone a flor de piel, liberando traumas, temores, sentimientos, secretos y deseos en forma de sueños... Y a veces no somos capaces de identificar si es realidad... O ficción...

El diario de Shimei (las dos caras del alma)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora