Atrapado.

147 15 7
                                    

Mitsuya y Kazutora aún encerrados en el cobertizo sin saber que palabras dirigirse o cómo actuar, estaban completamente estácandos. Sabián que sus acciones tenían graves consecuencias, pero eran unos simples adolescentes que tomaron una mala decisión y lo tenían claro cuando entraron en aquella casa.

Mitsuya sólo tenía en mente a su amigo Draken, tenían que salir de aquí, buscarlo e irse. se veía fácil pero ahora que estaba el dueño era mucho más complicado, además de que obviamente se dará cuenta de que muchas de sus pertencias ya no estaban y que seguramente ya estaba llamando a la policia.

El pánico entró en el cuerpo de Mitsuya poco a poco... tenía que hacer un plan para buscar a Draken, no podían irse sin él.

—Escucha, quédate aquí, yo iré a buscarlo, es la única manera.— Mitsuya rompe el silencio mirándo fijamente a Kazutora.

—¿¡Estás loco!?, ¿pretendes que me quede aquí cómo un cobarde de mierda mirando hacia a la pared?.— respondió el contrario notablemente enojado.

—¿Y entoncés qué carajos propones?, esto no lo veíamos venir.—

—Iré contigo.— contestó.

Mitsuya suspiró pesadamente, él tenía razón, no podía dejarlo atrás.

—Saldré primero, luego te daré la señal para que salgas.— dijo el menor para luego girar hacía la puerta e intentar abrirla sin hacer el más mínimo ruido.

En el momento en que salió sintió el aire frío y el gran temor a ser descubierto, aún así, tenía que seguir

Acercándose con pasos lentos a la gran puerta de cristal, para verificar si estaba ahí, sus ojos captaron una espalda hancha cubierta por lo que se veía un fino traje negro.

Rápidamente apartó su mirada asustado y aguantando la respiración.

"maldita sea" se dijo así mismo.

Él estaba ahí,  no era una ilusión.

Todo su cuerpo empezó a temblar cuando escuchó los pasos de aquel hombre, hasta que estos se fueron alejando, dando a entender que ya no estaba ahí. Por un momento, Takashi pudo volver a respirar normalmente.

Miró hacía el cobertizo, dandóle una señal con la mirada a Kazutora quién salió rápidamente de esta.

—¿Lo viste...?— susurró.

Mitsuya sólo asintió, no sabía cómo iban a lograr salir de esto.

Sin más vueltas, sólo se miraron entre sí, y logrando abrir la puerta, se adentraron nuevamente a la gran mansión.

Mitsuya con su manos señala hacía arriba a su compañero, a lo que estos en puntillas y con los ojos en vigilancia subieron las grandes escaleras.

Ya en los pasillos, Kazutora decidió quedarse para vigilar si el dueño subía, por lo tanto, Mitsuya tenía que buscar a su amigo.

Comenzó a revisar todas las habitaciones a su alrededor con bastante cuidado de no hacer ruido, se podía decir que era bastante bueno en ello pero no era un buen momento para sentirse orgulloso.

Su miedo estabá auméntando conforme abría las puertas y pasaba el tiempo, estaba totalmente desesperado en salir de aquí, sin más, Mitsuya miró hacía la puerta que le quedaba al lado, y esta era el baño al que no entró cuando subió por primera vez.

Este giró la perilla lentamente, esperando con ansias que estuviera ahí, y así fue.

Su amigo Draken estaba ahí.

Pero no estaba vivo.

La imágen petríficante y pertubadora que vieron sus ojos, su cerebro no lo pudo procesar; no podía mover ni siquiera un dedo. El cuerpo sin vida de Draken en la gran bañera, sus ojos vacios mirándo hacía la nada mientras estaba bañado en su propia sangre.

Mitsuya se acercó a este con las pocas esperanzas de que estuviera vivo pero no fue así, cuando se acercó pudo ver con más detalle cómo todo su cuello estaba abierto.

El peligris tuvo que soportar las grandes ganas de gritar, sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas. El ver muerto al que era su amigo de la infancia en la casa de un desconocido aparentemente enfermo era bastánte tétrico cómo para no moverse más.

¿Cómo mierda había sucedido esto?, ¿No escucharon nada cuando estaban encerrados?

¿O ya estaba muerto cuando entraron al cobertizo?

"Cómo, Cómo, Cómo, Cómo, Cómo"

Su tembloroso cuerpo no pudo más y se desplomó en el frío suelo, su rostro estaba empapado de lágrimas y sudor, no podía dejar de ver la bañera dónde estaba su amigo sin vida...

Y eso sólo podía significar una cosa, ese hombre claramente había matado a Draken, por lo que sabía que estaban aquí desde el momento en que entró.

Los estaba buscando para matarlos cómo lo hizo con su amigo.

Tenía que irse de aquí, tenían que salir.

"Una sálida."

Su cerebro sólo podían repetir esas palabras, se levantó con todo el esfuerzo del mundo y salió de aquella habitación sin importarle si hacía rúido o no, lo que importaba ahora era irse con Kazutora y jamás volver.

Dando pasos rápidos y desesperados por los pasillos, su visión se veía borrosa por las lágrimas y su repiración no era normal.

"No quiero morir." pensó.

A lo que corría para encontrar a su amigo y correr de este infierno de casa pero el miedo lo consumió totalmente al no ver a Kazutora.

"No... no puede ser, Kazu..."

Lo encontró, maldita sea lo encontró, ese hijo de puta estaba jugando con ellos desde el principio, sólo eran unas simples ratas en una trampa de la que jamás podían escapar.

Bajó con pasos torpes las escaleras buscándo desesperadamente a su amigo, pero no lo veía, el miedo a ver la misma escena pero con Kazutora apareció en su mente.

Hasta que escuchó una voz.

"Mitsuya estoy en la cocina, no te preocupes él no está aquí."

Su corazón por un momento se sintió aliviado y toda su ansiedad se fue.

Estaba bien, era su voz.

"¡Kazu, quédate ahí!" Dijo este quién no dudo en ir hacía la cocina con la esperanza de irse pronto de aquí pero lo que vió a continuación iba a cambiar su vida para siempre.

Todo fue una farza, sus esperanzas se partieron en añicos y su corazón comenzó a latir tan rápido que sentía que iba a tener un infarto.

Detrás de la isla de la cocina, Kazutora estaba siéndo sujetado por unas grandes manos que sostenía un pequeño pero filoso cuchillo que tocaba el cuello del menor.

Era una trampa, en la que cayó sin retorno.

THE HOUSE (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora