Siempre he sido de complexión delgada, un poco alta, mi tez es muy blanca y mi cabello es rubio. Mis senos son algo pequeños, y serían una inseguridad pero los amo tal y como son, mis glúteos se ajustan perfecto a mi complexión.
Ahora mismo iba de camino a un campamento de verano, cosa que no me agradaba para nada. Vamos, ¿quien a sus diecisiete años pasa su verano en un campamento repleto de pubertos sudorosos? Debía hacerlo para recuperar las dos materias reprobadas.
El plan para este verano era perder mi virginidad junto a mis amigas, bueno, eso ya no será posible. Era un plan dulce, nuestra primera vez algo delicado e íntimo sobre todo tierno.
—Quita esa cara Evelyn, mira el lado bueno, harás amigos— menciona mi madre conduciendo hacía el campamento.
—A los cuales seguramente no volveré a ver nunca— refunfuñe.
Mi madre solo rodo los ojos, el camino al campamento fue silencioso, mi madre y yo no queríamos pelear.
Al llegar pude sentir una que otra mirada sobre mi, no se si era porque probablemente sería la más grande en ser parte del campamento o mis shorts cortos que dejaban a la vista medio culo.Me despido de mi madre y entro para registrarme, el chico que atiende es muy lindo y musculoso. Veo sus manos y mi fetiche con las manos me invade.
«lindas manos, pero se verían aún mejor al rededor de mi cuello ahorcandome»
Pensé, mordí mi labio para detener esos pensamientos. Mientras hablaba con el chico trataba de sonar provocativa y sexy. Quería sacar algo bueno de este campamento y eso bueno sería follar.
Parece que el chico quería lo mismo ya que recorría mi cuerpo con la vista de manera pervertida, eso me exito e hizo que mi coño se estremeciera, tuve que apretar las piernas. El noto lo que hizo en mi y soltó una risita.
Me entrego las llaves de mi cabaña que por fin algo bueno sería solo para mí. Entré y cerré las cortinas y le puse seguro a la puerta, tenía el coño muy húmedo y estaba exitada. Me baje los shorts y las bragas aventando los a un extremo de la habitación. Estimule mi clítoris y de ahí introduje tres dedos.
Si bien era virgen, ya me había tocado varias veces incluso mis amigas me habían tocado a mi y yo a ellas, queríamos experimentar. Saque de mi maleta mi peine y lo introduje de una un gemido se escapó de entre mis labios pero lo contuve mordiendo mi mano. Metí más el peine y hacía movimientos circulares estremeciendome. Realmente quería una polla.
Aceleré los movimientos y comencé a jugar con mis senos, tenía los pezones erectos. Lo que daría por una chupada de los mismos. Busco algo más grande y largo, el peine era muy pequeño, encuentro mi cepillo dental, es delgado pero es eléctrico. Lo pongo a funcionar dentro de mi coño ¡Carajo! Es la mejor sensación del mundo. Me estremezco demasiado pero decido parar alguien podría verme.
La cama estaba empapada por mis líquidos al igual que los productos que use. Antes de vestirme juego un rato más con mi clítoris pensando en aquel chico deseando que estuviera acá. En eso mi puerta es tocada, me sobresalto y busco mis bragas rápido. Tengo las piernas temblorosas.
Después de vestirme y recoger mis cosas rápidamente abro la puerta y me encuentro al chico, sin playera joder que ganas de tenerlo en mi cama.
—Te quiero mostrar algo— extiende su mano y yo la tomo, me lleva a un lugar alejado de los demás donde hay un árbol enorme y lindo.
No sabía para que me traía acá pero lo supe en cuanto me aventó al suelo y bajo mis shorts y bragas de un jalón introduciendo tres de sus dedos bruscamente. Suelto un fuerte gemido. Mientras el introduce sus dedos en mi yo me quitó la blusa y el bra dejando mis tetas al aire, con su mano libre empieza a jugar con ellas y mis pezones erectos.
Sube a mi boca y me roba un beso de lengua. De ahí baja a mis senos y los chupa. Arqueo mi espalda de placer. Baja hasta mi coño y saca sus dedos para lamerlo, parece un experto. Sus movimientos son circulares y cada vez más rápidos, algunos en el clítoris logrando hacer que arquee mi espalda y gima demasiado fuerte. Se saca los pantalones y el boxer dejando ver aquella dura polla era grande muy grande.
Me besa apasionadamente y de ahí me carga, mientras mis piernas están sobre sus hombros el estando de pie acomodo su enorme polla y la introduce en mi coño. Araño su espalda de la satisfacción que me da sentir por primera vez una polla dentro de mi.
Mis gemidos son muy fuertes, parece que el los disfruta. Azota mis glúteos contra su cadera introduciendo así toda su polla dentro de mi. Cada que hace eso gimo muy fuerte.
El me baja y me ordena que me inque, lo hago y pone su polla en mi boca y la chupo como si fuera una experta, entra toda en mi boca y eso le sorprende. Jala de mi cabello para azotarla contra su miembro. Se empieza a correr dentro de mi boca y saca su polla para llenar mi cara y senos de semen cuando termina vuelve a meter su polla en mi boca y la chupo con placer.
Chupo sus bolas mientras con mi mano masturbo su miembro.
Termine aquello y el me acostó en el suelo para bajar a mi coño y chuparlo. Todo entraba en su boca. Arquee mi espalda estremecida por el placer. Chupo y chupo mi coño hasta que llegue al orgasmo y fue donde me metió la polla otra vez dándome las embestidas de mi vida.
Dio vuelta y me dejó en cuatro. Acomodó mi cuerpo dejando mi culo alto y mi espalda abajo. Sentí uno de sus dedos entrar en mi ano, por un momento me asusté el lo noto así que decidió que mejor seguiría en mi coño.
Me embistió de una manera salvaje. Nalgueaba mis glúteos dejándolos rojos con la marca de su mano. Nuevamente me dio vuelta aún con su polla dentro.
—Ahorcame— supliqué el obedeció y mientras me penetraba sin descaro sus manos rodeaban mi cuello ahorcándome.
Quedamos abrazados de cucharita pero el aún tenía su polla dentro de mi, jugaba con mis senos mientras la noche caía y el sueño se apoderaba de mi.
Al despertar el no estaba y mis posibilidades de caminar bien tampoco.