Stolen Kisses

El Libro Que Te Pedí

Estoy harta.

No entiendo esa obsesión de Sara por pedirme el libro que me prestó.

Todos los días me manda un mensaje diciéndome que necesita aquel libro, pero le he dicho que estoy muy ocupada.

Y no es que esté mintiendo.

He estado bastante ocupada con el club de natación de la escuela y con algunas otras cosas.

Tanto que nisiquiera he podido ojear aquel libro, el cual realmente no sé porque se lo pedí.

Tal vez porque quería entender el que siempre está con la cabeza metida en él.

Tanto que no puedo creer que no suelte creo que ni para bañarse.

- Mirena...Mirena... ¡Mirena por favor! - dijo una voz sobresaltándome.

- ¿Qué? ¿Qué pasó? - dije haciendo caso a la persona que me había hablado.

- Es lo que quiero saber - replicó Rinon - te estoy pidiendo que me pases aquellos documentos y no me haces caso - dijo señalando algunos folders que inmediatamente le pase.

Ella solo frunció el ceño y me los arrebató.

Suspiré, no era buena idea hacer enojar a una de las ex presidentas del consejo.

- Lo siento, Rinon - dije suavemente - estoy un poco distraída - mi senpai solo me miró y movió negativamente la cabeza.

- Si no dejas de pensar en Sara, no creo que puedas concentrarte - un atisbo de burla pasó por sus labios al ver mi agitación.

- ¡No estoy pensando en ella! - sentí a mi rostro calentarse al oír lo que había dicho Isono.

- Claro, claro y yo no pienso en Momoko nunca - dijo ahora ya con burla y volteando a ver los papeles que tenía en mano.

Estaba a punto de replicarle que eso debía a que ella estaba loca por su novia, pero sabía que era una mala elección de palabras.

Y también era verdad que mi distracción se debía a Kurashima.

Pero no de la forma que decía Rinon, si no que no dejaba de darle vueltas a la prisa de sexta presidenta por tener aquel libro que estaba ahora en mi casillero.

Seguí con mi junta con la delegada Isono, ahora que estábamos en preparatoria había tomado un puesto en el consejo aspirando a ser la presidente como en SG.

Yo también había tomado un puesto también inspirada por lo mismo, extrañamente mi compañera de Nendo no lo había hecho.

Se había vuelto bastante solitaria al volver a ser una alumna normal, se la pasaba siempre sola y siempre se le veía leyendo.

Llamando mi atención y la de otras alumnas que se acercaban a conversar con ella, quién les daba una sonrisa tímida, la cual conocía muy bien y sabía que estaba sintiéndose incómoda por la atención.

Varias veces me acerqué a salvarla de aquella atención indeseada y las chicas solo me veían con molestia, la misma que me causaban a mí el que acorralaran a Sara de esa manera.

Ella solo me sonreía suavemente y agradecía que le quitara a todas esas mujeres de encima, yo solo volteaba a verla y movía la cabeza negativamente.

A veces no la entendía, aquella timidez que tenía cada que veía a alguien más acercarse no pegaba con aquella mujer segura que había podido comandar a 11 chicas en un grupo idol, lidiando con diferentes personalidades y carácteres.

Pero al parecer aquella introversión había vuelto a Kurashima y aquel hobby que nunca la había abandonado.

El estar leyendo todo el día, pero últimamente había un libro que no soltaba para nada y era el que ahora tenía yo.