Capítulo 4. Duelo

7 1 0
                                    

Habían pasado 3 años desde que se inició la Operación del Samurái Oscuro, la cual ya había llegado a su fin. 3 años en los que el Samurái Oscuro no había intervenido en absolutamente nada, pareciera que se hubiera tragado la tierra. Tras estos 3 años sin asesinatos y sin ninguna pista, lo más lógico que vieron los capitanes es suspender el caso y dar por hecho que el Samurái Oscuro había huido a otro país o simplemente murió hace ya tiempo por alguna enfermedad.

-Sería absurdo seguir buscándolo. De todas formas, no ha hecho absolutamente nada en estos 3 años-dijo Takeda Kanryusai (capitán de 5ª división) en una reunión del Shinsengumi.
-Estoy completamente de acuerdo contigo. Por lo que declaro esta reunión acabada.-dijo Kondo Isami(comandante y máxima autoridad del Shinsengumi).

Tras la reunión, en el salón se quedaron dos hombres hablando. Eran Tōdō Heisuke(capitán de 8ª división) e Inoue Genzaburou Kazutake(capitán de 6ª división).
-¿Qué opinas de esto, Inoue?-preguntó Tōdō.
-Me parece bien que cerremos el caso, total, aunque el Samurái Oscuro siguiera vivo o está causando problemas a nadie.
-¿Y vas a olvidar todo lo que hizo hace 3 años tan fácilmente?
-No he dicho que lo olvide, ni tú ni yo podemos hacer nada, nadie puede.-dijo Inoue cabizbajo.
-Eso es cierto, pero, no sé. Me da la sensación de que volverá algún día a hacernos la vida imposible de nuevo.
-¡Qué va! Son solo imaginaciones tuyas, no te preocupes. Por cierto, hablando de otro tema, ¿sabes cómo está Okita?
-La verdad es que no, solo sé que sale de su habitación únicamente para comer y para entrenar.
-Pobrecillo, ha estado 3 años esforzándose al máximo para que probablemente su enemigo haya muerto o esté en otro país-dijo Inoue antes de que ambos se marcharan de la sala.

Al día siguiente, todos los capitanes excepto Okita y Saito salieron a patrullar muy temprano.

Okita se despertó cuando apenas había amanecido, y rápidamente se vistió y salió al patio con su katana a entrenar.
Estuvo unos 3 minutos entrenando, cuando de pronto vio en el horizonte una figura humana entre la luz del amanecer acercándose hacia él andando. Okita no lograba discernir quién era hasta que estuvo a 30 metros de él. Y lo vio claramente, el individuo que nunca en su vida podría olvidar, el Samurái Oscuro acababa de plantarse ante el capitán del Shinsengumi tras 3 años de inactividad total.
Okita se quedó paralizado, mientras que el Samurái Oscuro seguía andando hasta quedarse a 5 metros del capitán.
-Hola, cuanto tiempo, ¿verdad?-dijo el Samurái Oscuro con una voz profunda.
A Okita le resultaba familiar su voz, estaba seguro de que la había escuchado antes, pero no lograba recordar dónde ni cuándo.
-Que cerréis el caso me ha sido bastante útil, por fin puedo volver.
-¿Qué han cerrado el caso?-preguntó Okita estupefacto.
-Bueno, al fin y al cabo era lo más inteligente, no han encontrado nada en estos 3 años, porque, en realidad no era posible. ¿De verdad pensáis que soy tan estúpido como para vivir en una casa? ¡Por favor!-dijo el Samurái Oscuro en tono sarcástico.
¿Por qué me estás contando todo esto? ¿No se supone que debería ser tu secreto?-preguntó Okita enfadado.
-Bueno, al fin y al cabo no te queda mucho de vida-dijo el Samurái Oscuro con un tono, cuanto menos, siniestro.

Okita dio un paso rápido hacia atrás y desenvainó su katana, el Samurái Oscuro hizo lo mismo. Okita trató de buscar puntos débiles en su enemigo, pero mientras tanto este se lanzó hacia él y comenzó a lanzar rápidos golpes de katana. En poco tiempo, la pelea estaba muy desigualada, es Samurái Oscuro le había comido demasiado terreno a Okita, pero el capitán se repuso y continuó aguantando, hasta que tuvo una oportunidad de oro, el Samurái Oscuro había dejado al descubierto su pierna, por lo que, Okita sin dudarlo ni un momento, se tiró al suelo y movió su katana con todas sus fuerzas. Lo logró, consiguió hacerle un corte bastante profundo en la pierna. Con esta desventaja para el Samurái Oscuro, el duelo pasó a estar más igualado, y ninguno de los dos cedía. Continuaron peleando 5 minutos, los cuales se le hicieron eternos a Okita y demasiado cortos al Samurái Oscuro. El capitán volvía a estar en clara desventaja, y en un descuido, Okita se cubrió mal y el Samurái Oscuro logró atravesar el pecho del capitán.
-Vamos, ya puedes morir en paz, no intervendré más.-dijo el Samurái Oscuro.

Okita se sentó en el suelo, apoyándose en una roca. Comenzó a llorar, no solo por el dolor en su pecho, sino también por sentirse como un inútil al haber perdido, al haber desperdiciado 3 años de entrenamiento y al haber permitido que su enemigo se saliera con la suya una vez más.

-Ha sido un buen duelo, enhorabuena. Al menos duraste más qué tus amiguitos.-dijo el Samurái Oscuro tratando de provocar a Okita-oye, ¿de verdad que no reconoces mi voz? ¿Incluso en tu lecho de muerte vas a fracasar como en toda tu vida?

Okita simplemente pudo sentir cómo su respiración se ralentizaba y cómo no podía recordar absolutamente nada relacionado con esa voz.
El Samurái Oscuro se acercó a Okita y le susurró algo al oído. Después se levantó y se fue del lugar.
-No, no es posible. ¿Cómo? ¿Por qué?-susurró Okita ya sin fuerzas para sí mismo.

Esas fueron sus últimas palabras. El mayor capitán del Shinsengumi, el mejor espadachín de todo Japón, se despedía con una katana clavada en su pecho y con una nota de papel en la frente en la que estaba escrito: "Confiad en los mejores y os convertiréis en ellos".

El Samurái OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora