Marina se había empeñado aquella tarde que fuese con ella y unas amigas a tomar
algo. Yo la verdad no tenía ganas de salir. Llevaba unos meses bastante jodidos y lo que menos me apetecía era meterme en un bar, soportando los empujones de toda clase de gente desconocida.—¡Vamos Belén, al final llegaremos tarde! — exclamó Marina, desordenando todo mi armario como una loca, intentando buscarme algo "atrevido", para salir aquel día.
—Ya voyyy.
Sin apenas muchas ganas cogí el vestido de color púrpura, aún sin estrenar, que andaba medio arrugado en mi cama. Fui directa al baño para vestirme, mientras ella
me señalaba con el pulgar hacia arriba, aprobando mi elección.
Pasaron unos minutos y mis manos continuaban apoyadas en el lavabo. Había
perdido la noción del tiempo, pensando en mi última relación y en lo cabrón que puede
llegar a ser un tío. Miraba al espejo con mis ojos perdidos en la nada, recordando una
y otra vez lo gilipollas que fui al confiar en él otra vez, hasta que la voz de mi mejor
amiga me devolvió al mundo real. Enseguida terminé de pintarme los labios y colocarme bien mis tetas, acentuando mi escote en V, que dejaba poco para la imaginación.Salimos a la calle y enseguida cogimos un uber. En unos treinta minutos ya estábamos en una de las zonas más concurridas de la cuidad. Marina se encontraba eufórica, ojeando a un lado y al otro de la calle, observando con énfasis el gran gentío que había en todos los pubs. Una vez salimos del coche, pegaba pequeños saltitos en la
calle como una niña, enloqueciendo con su regalo de reyes. Con el móvil en mano intentaba buscar a nuestras amigas escuchado a todo volumen el último audio de whasapp. Yo en cambio me mostraba apática, sin apenas prestar atención a mi alrededor.
Sujetaba mi diminuto bolso intentando aparentar cierto interés y apenas me di cuenta de las miradas descaradas de dos tíos, repasándome de arriba abajo como si no hubieran visto a una mujer en su vida.Al cabo de unos minutos entramos en un bar. El garito estaba bastante bien, la música era de mi gusto y no había mucha gente. Enseguida encontramos a las demás chicas. Ellas se encontraban de pie al lado de una mesita redonda de madera, tomándose una copa. Tras los saludos, Marina se apresuró a pedir nuestras copas. Yo intentaba mostrar mi cara de póker, para no levantar sospechas entre ellas.
—¡Qué bien, al final te has decidido a venir! —, sujetándome mis manos, Lucía no paraba de sonreírme, en un intento desesperado por querer que me lo pasara bien aquella tarde.
—No me quedaba más remedio, Marina puede ser muy cansina cuando se propone algo.
—¡Anda no te quejes! Si en el fondo lo estabas deseando. Además, te vendrá bien salir y despejarte, que pareces una marmota todo el día encerrada en tu casa—, enseguida Marina intervino en la conversación mientras me pasaba mi Gyntonic.
Quizás llevaba razón y después de tanto tiempo ya era hora de pasar página, pero era inevitable seguir recordando porque estaba así. Aunque después de un par de copas y algún que otro baile, mi melancolía fue desapareciendo como los hielos de mi bebida.
Tras tomarnos un chupito a cuenta del camarero gracias a los escotes de vértigo que llevábamos, salimos de allí directas a otro local. Todas se habían prometido en secreto que aquella tarde harían todo lo posible para distraerme. Estaba claro que lo estaban consiguiendo. Poco a poco me encontraba mucho mejor, apenas pensaba en nada que no fuese pasármelo bien y olvidar todo lo demás.
En el siguiente pub la cosa estaba más animada. Sus dimensiones eran mayores que en el anterior. Tenía una pista de baile en el centro con la clásica bola disco en lo alto del techo. La música acompañaba y las personas que había en el local bailaban al compás del sonido.
—¡Venga, vamos a pedirnos algo! —, Marina continuaban eufórica. Sujetaba mis manos con
fuerza empujándome hasta la barra, sin tener en cuenta que aquella tarde los tacones que llevaba no estaban pensados precisamente para salir corriendo.
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Pasión Púrpura
Romance"Belén, es una chica que lo ha pasado muy mal con su anterior relación, y no le apetece salir a la calle por nada ni por nadie. Una tarde su mejor amiga Marina, la convencerá para ir a tomarse algo con unas amigas. Lo que al principio era una tard...