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El cielo era nebuloso, y el aire frío como ningún otro día. El viento silenciosamente pasaba en una pequeña rafaga que movía suavemente su cabello rojizo. Ian caminaba lentamente, su mirada perdida lo hacía ver como alguien muerto; perdido en un mundo donde no había lugar al cual regresar.

Sus pasos perturbadoramente tranquilos eran ciertamente desconcertantes, aunque no tanto como el vacío en su mente. Su cuerpo estaba adolorido, sus piernas temblaban al igual que sus manos como si estuviera en un frío invierno lejano. Tal vez por el dolor o por la rabia y tristeza apenas contenida no se había fijado que hace varios días que no regresaba a su departamento. Una parte suya sabía que era porque no había tenido la cara para ver a sus dos compañeros de piso, se sentía avergonzado y de cierta forma, usado.
Sentía que estaba sucio, perturbado y sobre todo abusado de todas las formas posibles.
Por otra parte, había estado vagando por la ciudad buscando vigorosamente oportunidades de trabajo, pues después de esas escenas que tuvo que vivir con Harry en el hotel lo tenían tan perturbado que quería rápidamente acabar con todo y desaparecer de la vista de ese hombre.

Lamentablemente para alguien que no tiene estudios y sobre todo de que no es Omega  marcado, es una gran dificultad encontrar cualquier cosa que le dé dinero.

Ian sintió nuevamente ese desagradable dolor en su cabeza por el estrés. Se detuvo un momento y espero que el mareo y dolor se calmaran un poco. Por un momento cuando estaba saliendo de la ciudad B, pensó en echar rienda atrás y acabar con todo. Era más que evidente que su vida ha estado jodida desde que olvidó parte de su niñez, no tiene estudios y no puede trabajar aunque sea barriendo las calles porque la sociedad no se lo permite debido a los ideales: Alfa trabaja y Omega cuida la casa. No tiene nada más que una deuda y muchos problemas que no hacen más que dañar su mente. Sin embargo, a pesar de todos esos pensamientos, el susurro de la culpabilidad se lo negaba, siempre recordandole que tiene un asunto que podría afectar la vida de personas importantes ¿Cómo podría dejar que sus dos amigos vivieran mal por su culpa? Era su responsabilidad arreglarlo costara lo que costara. Él fue el responsable de meterse en ese lío, por lo que francamente era el que tenía que pagar las consecuencias.

Deteniéndose en medio del andén de la calle, respiro suavemente y miró así arriba donde los anuncios de los edificios se mostraban. Las personas caminaban de un lado a otro, los autos se movilizaban a una velocidad moderada mientras las nubes nebulosas se agitaban tranquilamente en el cielo. Ian, al mirar a uno de los edificios con pantalla grande, noto a una chica, con aspecto delicado y mirada gentil mientras se mostraba sonriente ante la entrevistadora de uno de los programas más prestigiosos del mundo de la moda y chisme. Al parecer se iba a casar en poco tiempo y quería hacérselo saber a todas las personas que la siguen.

Ian sonrió amargamente, sintiendo algo de envidia por aquella mujer, no porque había encontrado el amor de su vida, si no por esa mirada y sonrisa despreocupada que demostraba lo bien que era su vida.
Una mirada llena de entusiasmo por vivir al máximo la vida.

Una que ya no se ve mucho hoy en día.

Siguiendo con su camino sin mirar por las transcurridas calles donde las miles de personas caminaban, de repente un olor llamativo atrajo su atención. Era suave, pero a la vez fuerte como el de alguien que gritaba la palabra salvaje y dominante. Ian se sintió inquieto sin ninguna razón, miró a sus lados vigorosamente como si se le hubiera perdido algo, pero solo pudo notar los autos y las personas caminando a su alrededor sin ningún cuidado.  

MAFIA In the morning [Bl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora