El lugar estaba tenso. El silencio prevaleció entre ellos mientras sus cuerpos se ponían tensos ante el viento que soplaba hacia sus caras.
—¡Novato!—volvió a escuchar a sus espaldas. Ian sin pensarlo dos veces tira sus guantes y bolso hacia Jhonathan que logra esconderse entre los arbustos. El Omega, Luka, corre hacia él con los ojos cerrados por el esfuerzo, por lo que Ian agradece que no haya notado la figura de Jhanathan.
—Jefe Luka, ¿Qué hace usted aquí?—Ian hace una mueca sorprendida, mira con los ojos abiertos a Luka, mientras tensa su sonrisa. El omega se acerca hacia él, y jadea cuando llega a su lado. Respira y exhala, esperando que el aire llegue a sus pulmones.
—¿¡Que hago aqui!? Le recuerdo que usted es un empleado, y su deber es atender a los invitados, no estar de curioso por los patios—Luka sin decir nada más, comienza a jalarlo nuevamente hacia la residencia. Ian mira hacia atrás, donde las miradas preocupadas de los tres alfas están dirigidas a él. Hace un ademán con la mano sin que Luka vea para que se vayan. Antes de desaparecer al adentrarse a la casa, Ian nota como Cristhian parece negarse.
El bullicio de la cocina rápidamente se adentra por sus oídos, los empleados corren de un lado a otro, mientras los cocineros apurados calientan y preparan comida. Luka lo mira con un fruncido ceño y le entrega una bandeja donde pequeñas tazas con calamar, salsa roja y limón se encuentran distribuidos. Ian se muerde el labio, los nervios se suben por su garganta y la esperanza de que sus tres compañeros se hayan ido sin esperarlo es suficiente para hacerle doler la cabeza.
Adentrandose nuevamente a el gran salon con una fila de empleados a su lado. Empieza a caminar por el gran espacio repartiendo la comida a aquellas personas sentadas en las mesas que gustan disfrutar. La música siguió sonando, las risas y las charlas también comenzaron a sonar al compás. Dando la imagen de una celebración animada. Ian siguió su rumbo, el sudor comenzó a caer por los lados de su rostro, los aromas que antes no se sentían por alguna razón los empieza a sentir más fuertes. Culparía los nervios o su estómago vacío que le hacía sentir así. Pero antes de que saliera de su departamento ya sentía malestares como estos, pensó que su celo se aproximaba, así que tomó una pastilla anticonceptiva y se aplicó una inyección para que el calor no se presentará durante mucho tiempo.
Tal vez si era solo hambre, y el repentino cambio de emociones, agregando también la fuerte adrenalina que había sentido cuando casi fue descubierto hace un rato.
El tiempo siguió su rumbo, y ese tiempo no hubo bullicio o alguna alarma que los hubiera delatado. Estaba confundido pero a gran escala estaba agradecido de que no haya pasado nada realmente.
Volviendo al entorno, Ian siguió el camino por el salón. Frunció el ceño y tenso su espalda cuando sintió la intensa mirada de Luka dirigida a él. No hubo escapatoria por más que intentara escapar de aquel hombrecito. Sintió que tal vez está sospechando de algo, por lo que trato de mantenerme lo más indiferente posible.
Dado que como camarero tenía que pasar por todo el lugar. Se le fue inevitable no reconocer la figura sobresaliente de aquel alfa que por más que intentara no podía evitar que sus poros se estremecieran. Se dio la vuelta, dispuesto a no ir hacia aquella área, sin embargo, como era de esperarse para alguien que casi nunca ha tenido suerte. La voz de una joven muy bella de cabello rubio lo llamó con un suave movimiento de manos. La mujer se encontraba justo a lado de Alfa de cabello blanco.
Ian apretó sus dientes, escuchó un rechinar por la fuerza retenida pero no pudo evitar desobedecer la orden de la mujer. Camino hacia ella con pasos lentos, y cuando estuvo cerca agacho la bandeja a la altura de la mujer y le mostró los pocos cuencos que habían.
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MAFIA In the morning [Bl]
AcakEn un mundo donde la posición es importante, las posibilidades de vivir una buena vida son casi nulas. Ian lo sabía, él era solo un omega común y corriente que ha pasado por diversas crueldades en el mundo. Sin embargo, después de ese día en que se...