verano 1976
"¿Qué carajo?" – golpeo de nuevo la maquina esperando que esta reaccionara, no iba dejar que su dinero se fuera a la nada.
– Hey! – le grito una mujer de edad avanzada encargada de cuidar mobiliario – ¿no leíste el cartel? – señaló un hoja de libreta pegada en la pared que tenía escrito con mala ortografía "fabor de kuidar las makinas".
– Su estúpida maquina se trago mi dinero – se quejó pateando levemente el borde de esta, era obvio que había perdido los centavos que había invertido ahí así que lo único que hizo fue salir del establecimiento.
Todavía no quería volver a casa así que tomaría el camino largó, acomodo el tirante de su overol a la par que metía una goma de mascar a su boca, se escucho la campanilla sonar, significa que alguien más había salido.
– Al final si soltó el dinero – una voz le hizo girar en sus talones, un muchacho le estiro la mano mostrando su cambio, sonrió levemente para tomarlo – me llamo Robin – extendió su mano como saludo esperando que la chica tomara de esta.
– Gracias – dio un apretón amistoso soltandola casi inmediato – yo soy Sabrina – la lluvia comenzaba a caer despacio. No era molesta, al contrario, eran de esas pequeñas gotas refrescantes.
– Que bien, como la bruja – una sonrisa se asomo nuevamente en el rostro de ella, le resultó agradable conocerlo.
Le siguió a casa con la excusa de que le daría consejos para evitar que sus monedas fueran robadas de nuevo, el interés de seguir conversando fue tan grande que se sentaron en la acera fuera de la casa repasando un plan con el cual conseguirían el puntaje más alto.
– Gun Fight es mucho mejor Sabrina, yo sé de lo que te hablo – aquellos aires de superioridad que desprendía acompañados de una seguridad única hacían que ella confiara en todas y cada una de sus palabras.
Así fue para siempre.
Parecía que el tiempo entendía como ellos querían seguir juntos y como si de su cómplice se tratara les hizo pasar la tarde más lenta para que su compañía durará, Robin jamás le dio pena conversar, llegaba a sacar su lado extrovertido cuando la estancia con alguien le era agradable. Desde la primera vez que la vio quiso entablar platica con ella pero nunca encontraba tema así que decidía esperar.
Creía fielmente que sí algo tenía que pasar pasaría eventualmente, que la vida le pondría situaciones o personas en los momentos indicados, su teoría se confirmaba cada que pasaban eventos como el anterior, ya iba irse cuando notó dinero en el suelo así que lo tomo como una señal.
Quien diría que un par de centavos le darían la persona con la que más emociones llego a experimentar.
La noche amenazaba con llegar pero aquello no les importó, Arrellano se quedó a cenar y si no fuera porque en su hogar ya le esperaban estaría en la sala de su nueva amiga acompañado de una cobija. El camino se le hizo corto y la boca no le paraba cuando llegó con su mamá, la emoción viajaba a sus cuerdas bucales y salía de sus labios por medio de palabras contando todo lo que había sucedido esa tarde para finalizar con una simple pregunta que significaba todo para él.
– ¿Crees que nos volvamos a ver? – frunció su ceño sirviendo su cereal, al instante obtuvo la respuesta que esperaba.
– Claro que sí corazon, puedes invitarla a comer – eso basto para que por la noche no pudiera dormir, ella le hacía sentir como navidad, lleno de vida, como si siempre estuviera esperando una sorpresa bajo del arbol.
Le gustaba la navidad así como le gustaba estar con Sabrina.
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yes to heaven
Fanfictionsí regresas estaré justo aquí. - aquella fue la última oración que escribió en su diario, como prometió siempre estuvo ahí, lastima que él jamás pudo volver. robin arrellano x female oc'