4 años después
Londres, Inglaterra
Después de aquellos acontecimientos, Jennie decidió mudarse a Londres, junto con su prima Nayeon, la cual le dio trabajo en la empresa de su padre. No estaba sola, pues su mejor amiga Jisoo la acompañó en esa gran aventura. Después de aquella discusión con Rosé, le llamó diciéndole que también se iría con ella a Londres, que no la dejaría sola, menos en su estado. Esos cuatro años Jisoo había sido para ella como una hermana mayor, la cuidó demasiado durante su embarazo y ni hablar de como cuidaba a su hija, Jisoo la quería como si fuera su sobrina, amaba a Lia, aquella pequeña que se había robado su corazón.
- ¿Cómo amaneció la niña más hermosa de todo el mundo? - Fue hacia la pequeña Lia y la cargó en sus brazos. - Que preciosa mi niña, eres hermosa, ven vamos a desayunar. - Fue a sentarse sobre la mesa
- Buenos días para ti también
- Ah hola Jennie, Lia y yo tenemos mucha hambre ¿verdad Lia? - Sonrió. - Dile a tu gruñona madre que nos de de comer
- Ya van a servir, solo esperemos a Nayeon
- Ella sigue dormida, no creo que despierte
- Pasaron la noche juntas ¿verdad? - Preguntó sonriendo
- Estábamos viendo películas y me quedé dormida, no pasó nada entre ella y yo. - Explicó
- ¿Te gusta?
- Deja de molestarme Jennie
- Sí te gusta ¿verdad?
- Jennie por favor, tengo hambre, diles que ya sirvan el desayuno
- Perdón Jisoo, yo solo decía, aparte creo que tu y Nayeon harían bonita pareja, tu le gustas mucho y tal vez puedas darte la oportunidad de volver a amar
- Tal vez Jennie, tal vez
- Buenos días. - Saludó Nayeon entrando a la cocina. ¿Cómo durmieron?
- Muy bien, Lia no despertó para nada en la madrugada ¿Y tú prima? - Preguntó
- De maravilla. - Sonrió al recordar que Jisoo durmió en su habitación. - Ya van a servir el desayuno, siéntense
- Rápido que se nos hace tarde para el trabajo. - Avisó Jennie
- Oye Jisoo
- Dime Nayeon
- Abrieron un nuevo bar ¿te gustaría que fuéramos hoy en la noche? - Preguntó
- Claro, estaría genial, vamos. - Aceptó la invitación
Tal vez Jennie tenía razón y podría darse una nueva oportunidad.
Seúl, Corea del Sur
Un nuevo día comenzaba para la gran empresaria Lalisa Manoban. A los pocos meses de que Jennie se había marchado, Lisa y Somi se casaron. Estaban por cumplir ya casi cuatro años de infeliz matrimonio.
- Ayer que fui a casa de mis padres, me comentaron algo que me dejó pensando demasiado. - Habló Somi
- ¿Qué te dijeron? - Preguntó Lisa terminando de colocar un poco de perfume
- Tenemos ya casi cuatro años de matrimonio y no les hemos dado un nieto a nuestros padres
- Te he dicho miles de veces lo que pienso de eso, no quiero tener hijos contigo, no pienso traer al mundo a un niño solo a sufrir, que tenga dos madres que en vez de amarse se odian
- ¿Sabes qué Lisa? No me importa lo que pienses, quiero que tengamos un hijo, así que a partir de hoy dejaremos de cuidarnos cada vez que estemos juntas