♦𝕮𝖆𝖕. 𝕯𝖔𝖘♦

10 3 0
                                    

-¿Tú... padre? ¿Qué tiene que ver él con toda esta historia?

-Él siempre ha odiado a mi tío por ser como es. Era su hermano, ¿sabes?

-Suponía. Pero entonces, ¿tu padre siempre ha sabido que su hermano era un terrorista?

-Eso es. -Asintió.

-Y, ¿nunca lo denunció?

-No, nunca.

-Pero...¿por qué? ¡Ah! ¡¿Él también es un terrorista?! -exclamé, asustada.

-¡¿Qué?! ¡Noo! ¿Te crees que entonces estaría yo aquí hablando contigo? Él nunca lo denunció por mí. ¿Quién querría contratar a un criminólogo sobrino de un terrorista? Me da que nadie. Así que por eso se lo calló. Por mí.

-Ya, y volviendo a lo del peligro... ¿Qué peligro?

-A ver, mi padre sabía que su hermano era terrorista, y hasta donde yo sé, los terroristas suelen tener grupos, ¿no?

-Sí, supongo que sí.

-Genial. Pues el grupo de mi tío quiere terminar lo que él empezó.

-Y, ¿se puede saber qué es eso que él empezó?

-Tú muy lista no eres, ¿verdad?

   Vaya mirada asesina fue la que le eché que hasta retrocedió un paso.

-Lo que empezó fue la destrucción de tu familia. Para empezar tan solo quiso que tus padres se divorciaran, pero eso lo hizo él solo, sin ningún grupo terrorista de por medio. Como sabrás, no lo consiguió.

-¡¿Que alguien intentó que se divorciaran?! ¡¿Por qué?! ¡Eran felices!

-Sinceramente, no lo sé. Pero al ver que fracasó en su intento de "desestructurar una familia", decidió acabar con ella, al completó.

-Ya pues yo sigo aquí. -contesté desafiante

-Por ahora -dijo, y volvió a reír.

-¿Qué quieres decir con eso?- pregunté alarmada

-Nada, nada, no te rayes. Por eso estoy aquí: para que sigas aquí.

-No te entiendo. Explícate mejor, por fa.

-Vamos a ver: el grupo terrorista de mi tío va a por ti. ¡¿Ya te has enterado?! Porque más claro agua...

   Por favor que esto sea una pesadilla. Me quedé muerta al oír eso. Saber que corres peligro, un peligro probablemente mortal, no es muy agradable, la verdad.

-Eh, yo... -empecé a decir. Pero, ¿Qué se hace en estas situaciones?

-De nada. Ten cuidado. Yo ya me voy, te dejo disfrutar de tus vacaciones.

   Giró sobre los talones y empezó a alejarse.

-¡Espera! ¡No me dejes sola!

   ¿No me dejes sola? ¿En qué momento le grito yo "no me dejes sola" a un desconocido?

-¿Sí? ¿Qué pasa?

-¡¿Cómo que qué pasa?! ¡¿Me acabas de decir que unos tíos vienen a por mí y me preguntas que qué pasa?!

-Oye, demasiado es que te lo he contado. Podría habérmelo callado y dejar que te hiciesen lo que sea sin ser tú consciente de ello.

-Ya, bueno, gracias. Pero no me quedo más tranquila. De hecho estaría más tranquila si no me lo hubieses contado.

-¡Ah, pues perdona por avisarte!

-¡¡No, noo!! Si estoy súper agradecida, pero también muy intranquila... El saber que van a por mí... Es preocupante, ¿no crees?

-Sí, claro que sí. Pero no veo nada que pueda hacer yo para ayudarte.

-Emm... Ya, bueno, yo he pensado que tal vez me podrías, no sé, acompañar a casa... Y tal vez quedarte conmigo estos días... O algo así.

-Oye, que no soy policía, ni tu guardaespaldas.

-¡Gran idea! Puedo avisar a la policía de que esa gente viene por mí, y así echar por tierra todos los esfuerzos de tu padre por mantenerlo en secreto. Y finalmente aparecerá en tu currículum que tu tío era terrorista. ¿Te parece bien?

-Me caes mal. Eso es chantaje, no es justo.

-Sí, lo es. Sobre todo si mi vida está en juego.

-Vale, te acompaño. Pero luego te quedas en tu casa. Sola.

-Está bien. Gracias, muchas gracias.


***Pues aquí otro mini capítulo de esta historia! Espero que os haya gustado, y votad para más!!***

El Caso de la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora