Moon x Sun ¦ 𝐎𝐍𝐄-𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ¦

Ⱄⱄ┊Flowers

Las nubes grisáceas abundaban en el cielo, algo poco inusual porque no era tiempo de lluvia, con frustración volvió a sorber un poco de su café, con este clima era dudoso que alguien comprara por lo menos alguna flor.

Decidido se levantó dispuesto a cerrar el local; donde se encontraban demasiadas flores de diferentes tipos adornando el lugar, muy bello la verdad, cuando estaba cerca del mostrador, buscando las llaves, el sonido de la campañilla de la entrada lo alertó.

─. ¿Uhm? ─ El rubio miró detalladamente al individuo que se encontraba a pocos metros de él, un pelinegro.

El contrario tosio un poco para por fin hablar.

─. Disculpe, necesito unas flores, no recuerdo bien el nombre pero son estas ─ con su móvil en mano le mostró una foto de lo que exactamente buscaba.

"Gardenias" reconoció al instante el rubio.

─. Estás de suerte, sí las tengo ujum.

─. Genial, necesito un ramo de esas, blancas por favor ─ apresurado habló, necesitaba salir de ahí antes de que empezará a llover.

Sin ninguna insistencia más acató la orden al instante, el silencio era algo agobiante, por suerte terminó rápido, envolviendo con agilidad y poniendo un bonito lazo amarillo, pedido del cliente, claro.

─. ¡Listo! Aquí está, justo como lo pidió ─ dijo con amabilidad entregando el ramo preparado.

El contrario sólo asintió, dejando el dinero en el mostrador y soltando un "gracias" poco audible, pero al menos el rubio captó la frase.

Y de nuevo el lugar quedó vacío, el rubio; Sun, pensó nuevamente, empezaba a llover levemente, era hora de cerrar.

El ambiente hogareño le hizo sentir tranquilidad, después de un día algo agitado, Sun dejó su pequeña mochila en su sofá, luego se sentó, con sus dedos frotaba su sien levemente, estaba algo estresado.

El timbre lo sacó de su trance, con duda se levantó y caminó lentamente, al abrir la puerta no había nada, oh, bueno, eso pensó hasta que su mirada bajó inconscientemente hasta toparse con ¿flores? Más específicamente Gardenias blancas...

Miró a todos lados pero nada, con delicadeza tomó entre sus manos el ramo, que por cierto, se le hacía algo familiar, porque curiosamente tenía un lazo amarillo, recordó fugazmente el ramo de gardenia que había preparado hace horas, era idéntico.

Tal vez solo era casualidad.

Dos semanas habían pasado, en esas dos semanas el mismo suceso pasó, exactamente todos los viernes, casualmente siempre las flores eran familiares, no sabía que pensar, lamentablemente ningún ramo tenía alguna tarjeta o nombre del emisor.

Era viernes, Sun estaba organizando algunas margaritas, las trataba con mucho cuidado, como a todas las flores del lugar, era un día soleado y la venta era buena, que buen día.

Nuevamente la campañilla sonó, rápidamente volteó a ver al nuevo cliente, otra vez, el mismo pelinegro, siempre iba a comprar los viernes, no compraba alguna en especifico, siempre variaba, ¿cuál pedirá hoy?

No hablaba mucho con él, pero igualmente lo saludó, por respeto, espero a que le dijera que flor llevaría hoy. Casualmente ese sujeto siempre pedía un ramo, con un lazo amarillo, horas después estaba en la puerta de su casa un ramo idéntico, con el mismo lazo amarillo.

─. ¿Qué llevará esta vez, joven?

─. Rosas.

─. Está bien, ahora mismo se lo preparo ─ dicho eso empezó a armar el ramo con cuidado para no lastimarse por las espinas y no dañar las rosas, por supuesto.