Boyfriends? - junde/junmin 🍭

•CAPÍTULO CUATRO

Los días lluviosos en invierno eran preciosos, y mucho más para Seungmin, porque podía ver a Hyeongjun con un montón de ropita, abrigos, bufandas, gorritos, guantes, y con la nariz rojita por el frío que emanaba la ciudad, viéndose como un perezosito bebé al que querías apretujar entre tus brazos, y era lo que Seungmin estaba haciendo en ese momento, escuchando las quejas del menor por lo fuerte que el azabache lo estaba abrazando. 

-¡Minnie! ¡Me aplastas! - exclamó Jun, sus labios estando abultados por la presión en su mejilla al estar aplastada contra el fornido pecho de Seungmin. 

-¡Es que te ves tan tierno! - chilló, alzando al menor en sus brazos, haciendo que sus pies dejaran de tocar el suelo. Seungmin aprovechó la cercanía y le dio un lindo besito en la nariz. 

Hyeongjun arrugó la nariz quedando como un conejito enojado. 

-¡Aw! ¡Que tierno te ves, Jun! - exclamó una chica pasando por al lado de los mejores amigos, agitando la mano en forma de saludo junto con una sutil sonrisa. 

Hyeongjun sonrió a la pelirroja en forma de saludo. 

-¡Son tan lindos! - escucharon a alguien decir detrás suyo, no dándole mucha importancia ya que siempre le decían ese tipo de cosas. 

Seungmin siguió abrazando al perezosito bebé que tenía como mejor amigo, apretujándolo contra su cuerpo de forma cariñosa. 

Hyeongjun dejó de luchar y olvidó el que estaba siendo terriblemente aprisionado contra Seungmin, rodeando —como pudo, ya que tenía un montón de bucitos y camperas que casi no lo dejaban moverse— sus brazos al cuello del mayor y abrazándole de igual forma, dejando un hueco para posar su perfil derecho en el hombro del azabache. Se sentía relajado. 

Alguien silvó trás Hyeongjun, acercándose a ellos. Seungmin ya sabía de quién se trataba, puesto que podía verle. 

-¿Los novios no quieren separarse, eh? - sonrió Jungsu, llegando finalmente al dúo. Hyeongjun levantó su cabecita y la separó un poco del cuerpo de Seungmin, girando por encima de su hombro para ver a su rubio amigo. Aún así, el pelinegro no dejó de abrazarle. 

-Minnie no quiere soltarme - puchereó. - Y debemos ir al salón en unos minutos. 

-Te puedo llevar así, no pesas nada - arregló Seungmin, besando la mejilla roja del menor, empezando a caminar al salón con Hyeongjun en brazos. 

-No quiero que te enojes, Jun, pero... - empezó Jungsu, siguiendo al par de mejores amigos. - Estás demasiado tierno y cualquiera quisiera poder tenerte así, porque es que ¡te ves como un perezosito! - chilló con una hermosa sonrisa, acompañada de la emoción. 

Hyeongjun rió bajito —como él—, y habló. 

-Es que mi mamá dice que tengo que estar abrigadito cuando hace frío, ella me viste como si fuera un niño cuando es invierno - abultó su labio inferior y apoyó su cabecita en el mentón de Seungmin, quien seguía caminando al salón como si nada, siendo visto por todos en el pasillo, siendo testigos de lo tierno que era aquel par junto. 

-Cuando vivamos juntos también te voy a vestir para la universidad - avisó Seungmin. 

-¡Pero-

-¿¡Vivirán juntos!? - preguntó e interrumpió con exaltación el de hebras rubias. 

-Bueno, sí - obvió quien era cargado como un bebé en los brazos de Seungmin. - Con Minnie decidimos que cuando tengamos mayoría de edad iríamos a vivir juntos - comentó como si nada, observando a Jungsu. - ¿Sabes lo que es vivir con tu mejor amigo? Yo tampoco, pero estoy ansioso por saberlo - sonrió el castañito, dándole ternura nivel ocho a Kim. 

-Ustedes dos me darán diabetes - Jooyeon apareció de repente, entrando al salón. Jungsu sonrió estando de acuerdo y entró al salón después de su mejor amigo. 

-A todos le daremos diabetes - murmuró Hyeongjun, cerrando sus ojitos. Se sentía realmente relajado y tranquilo junto al cuerpo de su mejor amigo, estaba calentito, más de lo que ya estaba por la cantidad exagerada de ropa que tenía encima. 

-Sí - Seungmin hizo una mueca mientras entraba al salón, escuchando un estruendoso —Awwww— por parte de sus compañeros al ver a los dos mejores amigos de ese modo, y más por Hyeongjun quien parecía realmente un perezoso pequeñito. - Todos los días dicen eso - sonrió el mayor, dejando a Hyeongjun en su asiento, dándole un besito en la frente —quien cerró los ojos por instinto—, antes de rodear el banco y sentarse a su lado, el cual era su asiento.