Cálida

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Me invitó a conocer a su familia diciéndome que les gustaría conocerme, a lo que accedí sin siquiera pensar en porqué de su inesperada invitación.
Al dia siguiente, luego de realizar mis deberes y de arreglarme para la ocasión fuí a la dirección que me dió, resultaba ser una zona de la ciudad que nunca visité, su casa quedaba un poco apartada de las demás, debido al gran número de terrenos baldíos.
Su casa era muy hermosa, poseia una fachada elegante, dos pisos, un jardin con muchas flores dentro de las que encontré narcisos, durillos, azaleas, el cuidado de estas destacaba, no se veia ni una mala hierva dentro del jardin, que estaría iluminado por unas farolas bastante interesantes, al estilo Fernando Vll.
Golpeé en dicha casa, esperando que Alienor abriera la puerta, cosa que no sucedió, al contrario una pequeña joven, muy bella me abrió, y me preguntó:
   - ¿Eres Faver?
-Si lo soy, mucho gusto.
   - Mi nombre es Katia, soy la hermana menor de Alienor, ¡Sigue! iré a llamarla.
Katia, una niña aparentemente de 14 años, con una sonrisa caracteristica y mirada alegre, piel clara, cabello castaño, con un bestido blanco que hacia que luciera bastante tierna.

Al cruzar por el umbral de la puerta reconocí gran variedad de objetos de mi agrado, o que de alguna manera me resultaban bastante fascinantes, mosquetes; posiblemente del siglo XVlll, mapas que por su apariencia resultaban ser bastante antiguos, y barcos embotellados, de los cuáles reconocí tres, que hacen parte de la historia, La pinta, La niña y La Santa María, mientras observaba sentí que una calida mano tocó mi espalda, era Alienor, al verla sentí el impulso de abrazarla, pero me contuve por simple inseguridad y pena con su familia, pero de repente ella se abalanzó contra mi pecho, me dió un abrazo, y dice:
   - Hola Faver, te extrañé, acompáñame, te presentaré a mi familia.

La seguí a otro cuarto en el que sé encontraba una chica alta y guapa.
   - Faver mi hermana Elia, Elia el es Faver.

La hermana mayor de Alienor se veia bastante madura, su mirada era acogedora, sonreía levemente para darme la bienvenida a su hogar.
-mucho gusto, es un placer conocerte.
   - Igualmente.

Alienor.
- ¿Donde están papá y mamá?
Elia.
   - Salieron de compras, necesitaban algunos ingredientes para la cena.
-¿Crees que tarden?
   - No lo se, posiblemente.
-Ya vuelvo.
Me toma de la mano y me dice vamos, no tenia idea de a donde me llevaría, nos dirigimos al pasillo, luego a las escaleras, resultaban ser muy amplias con barandales de madera y alfombra roja, a los extremos se encontraban rostros femeninos muy bien esculpidos, cada uno distinto del otro.
Al subir veo una zona de descanso con muebles blancos, en medio de ellos habia una mesa de cristal con una estructuea aparentemente inestable, me dirige hacia la derecha e ingresamos a una habitación y me dice:
-Mira este es mi cuarto, te traje porque queria entregarte algo.
Me dejó esperando, se dirigió a una puerta que se encontraba dentro de su cuarto, supuse sería su closet, al ser una casa tan amplia no sería extraño, mientras esperaba logré notar que su cuarto era realmente ordenado, con muchos libros, su habitacion tenía un balcón con una vista increible, un escritorio de madera tallada con unos hermosos acabados, sobre ellos encontré una libreta bastante peculiar, aparentaba ser antigua, en su portada tenía una medalla de oro, aparentemente la consiguió por la victoria en un concurso de poesía, al abrirlo vi un poema aparentemente poesía acerca de historia Colombiana, le dió algo de fantacia que se tornaba bastante interesante, este poema se llamaba "Ciudad de piedra", y decía:

              Ciudad de piedra ruinas descaradas impenetrables, inolvidables, irremplazables, belleza tormentosa que con su espada fría te hace temblar pero aún así te enamora.
           Tierra hermosa, fértil, soñadora, donde solo hay reyes y reinas.
            Donde la calidad humana es mayor que el número de sus guerreros, doce en total, soldados de pantano
            Con su ingenio ganaron la batalla por la libertad anhelada.
             Guerreros con armaduras leñosas, empuñaduras de madera, filo verde frío, atalayas legendarias.
            Sus adornos frondosos claros, las medallas de las sombras del guerrero.

Me resultó bastante interesante, pero lo dejé en su lugar, debido al atrevimiento que cometí al leerlo en aquel momento.
Al volver traia una caja roja con un liston negro, me dice:
-Espero te guste.
Luego de tomarlo nos dirigimos al primer piso, en el que se encontraban sus padres.
- Mucho gusto, mi nombre es Faver, es un placer conocerlos.
   - Es un placer Faver, mi nombre es William, Alienor nos ha hablado mucho de ti.
      - Mucho gusto Faver, soy Zahira, voy a preparar la cena junto con William, puedes enseñarle la casa Alienor, espero la pases bien.
-Muchas gracias.
El señor William parecia ser alguien muy ilustre, con  vestimenta muy pulcra, usaba camisa negra acompañada de un pantalón con una tonalidad similar.
La señora Zahira portaba un vestido negro bastante elegante, su maquillaje resultaba ser muy suave, tonalidades claras.
Toda la familia poseia piel clara, no podian darse el lujo de añadir colores intensos que alteraran la pureza de su rostro.
La cena resultó quedar deliciosa, la señora Zahira preparó Chop Suey, la carne tierna y las verduras proporcionaban un sabor lo suficiente dulce para ocacionar una muy buena sensación de sabor, casi como si la comida se deslizara muy suavemente por el paladar, con sonrisa reconfortante y un poco graciosa dijo su padre:
   -Es una ocasión especial.
Procediendo a destapar una botella de vino.
Una vez las copas están frenteba cada uno el señor William dice:
   - Alienor nunca habia invitado a un amigo a casa, pero la noche que te habló no paraba de sonreír, así que tuve que preguntarle.

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⏰ Última actualización: Sep 28, 2023 ⏰

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