doggie

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mimigi
︶ִֶָ⏝ ♡⃝ ⏝ִֶָ︶

El pequeño cachorrito blanco corría de aquí para allá detrás del joven de piel pálida, el cual reía bajito mientras escuchaba los ladridos del canino que parecía una bolita de pelaje blanco corriendo con él por todo el jardín.

—Vamos, mimi, atrápame~ —dijo canturreando el niño mientras se subía al pequeño resbalín de plástico que sus padres instalaron hace tiempo.

El cachorrito apoyó sus patitas en el borde final del juego mientras ladraba, no pudiendo subir por dos cosas: se resbalaba y sus patitas eran muy cortitas. Quería que el niño bajara para seguir jugando, no podía alcanzarlo y le molestaba, sus orejitas peludas bajando mientras apoyaba su cabecita sobre sus patitas en el borde, ofendido.

—¡Chicos, es hora de comer! —el perrito giró su cabeza en dirección de la señora de sonrisa reluciente, bajando sus patitas para transformarse, su trasero quedando sobre el césped, un lindo pucherito sobre sus gruesitos labios mientras las mangas del buzo a rayas cubrieron sus manos.

—Eres un tramposo, hyungie. —sus ojitos almendrados miraron mal al chico, las orejitas peluditas bajando de forma triste.

—No es cierto, esto no es trampa. —movió sus piernitas mientras su rostro expresaba seguridad, antes de dejarse caer por el resbalín hasta quedar frente al cachorrito—. Vamos adentro, te daré galletitas.

—¡Quiero! —con sus manitas atrajo por la cintura a su mayor para rodearle por allí mientras su pomposa colita se agitaba con felicidad.

YoonGi quedó sobre los muslos del menor, moviendo sus manitas a las orejitas para acariciarlas con cariño, consiguiendo que el de mejillas gruesitas sonriera más feliz. Dejó un besito en la húmeda nariz y se puso de pie para ayudar al chico, así poder ir ambos dentro de la casa para comer lo que la madre del mayor había preparado, enlazando sus manitos mientras caminaban al interior.

El olor dulce del pie de moras azules llegando a sus narices, haciendo mover la cola del cachorrito que salió a correr de primeras para llegar a la cocina, poniéndose de puntitas mientras apoyaba sus garritas sobre la mesa donde descansaba el pastel, mirando ansioso por probar una rebanada. Habiendo dejado a su amigo atrás que podía ver esa colita agitarse por debajo de aquel overol tan adorablemente.

—¿Quieres un poco de pie, Chimmy? —ella preguntó con una sonrisa, ganando un ladrido de aceptación, siguiendo los movimientos de la señora, hasta que frente a él apareció un trozo del delicioso pie.

Y sin siquiera esperar a que le sirvieran a su amigo, empezó a comer, como un cachorrito –sin usar sus manos o cubierto– provocando que manchara su boquita y alrededor de color azul, agarrando algunos trozos con sus manitos para comerlos.

—Mimi, come despacio... —el perrito se detuvo, mirando al mayor con sus mejillas rellenitas de la comida haciendo que las encías del mayor se vieran por la sonrisa que se formó—. Eres un pequeño y dulce perrito...

—¿Lo soy? —sus ojitos brillaron, siendo alzado por la señora para dejarlo con cuidado sobre la silla infantil, puesto que veía como el niño le era difícil comer por estar de puntitas.

— ¡Sí! Eres mi cachorrito favorito, mimi.

ff!  𝗜'𝗠 𝗦𝗛𝗬  ☆  jimin topDonde viven las historias. Descúbrelo ahora