Era víspera de navidad. Acaba de llegar a Noruega para visitar a mis padres de acogida quienes me habían adoptado al morir los verdaderos.
La vista desde el autobús no se comparaba a lo que estaba presenciando.
Fui caminando con sumo cuidado por la ladera que me indicaron algunos señores noruegos agradables, hasta llegar a una calle que vagamente recordaba, aunque honestamente, no había cambiado mucho.
Estaba cagandome del puto frio que hacia. No podía creer que ni siquiera con una chamarra, un pantalón grueso, un gorro y unas botas para invierno fuera suficiente.
Seguía caminando un tanto molesta por la falta de equilibrio que el hielo del suelo ocasionaba en mi.
A mitad de la calle resbalé, estuve a punto de caerme, pero alcance a tomar equilibrio. Mire al rededor esperando no encontrar alguna cara mirándome con expresión de burla, para mi suerte no vi a nadie.
Después de pasar tres casas completamente iguales, logre reconocer la de mi familia. "Familia" era un tanto incómodo decir y pensar aquella palabra y lo que significaba. A pesar de pasar la mitad de mi vida con aquellas personas tan amorosas, me sentía distante. Tal vez fuese por que, en primer lugar, no nos parecemos y en segundo, no se me da muy bien el Noruego. Oí gritos de una casa de enfrente. No le dí importancia. Toque despacio y tímidamente la puerta con mis nudillos. De no ser por el perro que tenían dentro, no me hubiesen notado. Un pastor alemán hermoso, pego su cabecita a la ventana. Claro, quien en su sano juicio tendría su ventana abierta con este clima. El perro comenzó a ladrar a manera de aviso, no se dirigía a mi, sino que se dirigía hacia dentro de la casa. Esta vez, Harry pego su cara en la ventana. Sus ojos se abrieron como platos, y pude ver como se llenaban de sorpresa y alegría.
Harry.- ¡____!, ¡Princesa!.- gritó aún del otro lado del cristal. En seguida estaba en la puerta, la abrió tan rápido que su pie choco con ella.- !Auch!, ah...- grito y comenzó a sobarse exageradamente el zapato.
Harry.- ¿Qué haces aún parada ahí amor? Pasa, por favor.
Harry llevaba un suéter color rojo oscuro que resaltaban sus ojos verdes y su piel blanca, un pantalón negro demasiado entubado con el cual lucía sus fantásticas piernas y unos botines de piel color caqui. Debo de admitir que para la moda, el me ganaba por años. Literal, el me ganaba por años.
Harry me abrazo fuertemente. El abrazo se prolongó e hizo que uno de sus rulos se metiera en mi ojo.
Finalmente me soltó. Sólo me colocó las manos en los hombros y me miro de arriba a abajo y de nuevo a arriba.
Harry.- ¡Mirate!, estas hermosa cariño.- El grito hizo que pasos se acercaran. Mas bien "familia" saliera a mi encuentro.
****.- ¡___!, cariño. Estas aquí.- comenzó a decir una voz. Era Nora. Harry se puso junto a ella.
____.- Si, mamá, estoy aquí.- dije tratando de sonar alegre. Funcionó.
Mamá.- Mi amor, ¿qué acaso no vendrías hasta mañana?
____.- Así era mamá, pero ya ves.
Mama.- Nos hubieras avisado cariño. Tu padre te hubiera ido a buscar. ¿No es así Harry?
Harry.- Pues claro.
____.- Gracias pa, pero no quería molestar.
Papá.- Tu nunca molestas cariño.- me dijo dando un beso en mi frente.
Mamá.- Pero termina de llegar hija. Ve a saludar a la familia. Después te instalaras en tu cuarto.- dijo dándome también un beso en la frente y desapareció en el pasillo junto con mi papá.
ESTÁS LEYENDO
Es cuestión de suerte.
Teen Fiction______, es una chica que, por decisión de sus padres adoptivos, deja su nación de origen y se muda para estudiar en una de las mejores escuelas de Madrid, donde conocerá a unos chicos que le cambiaran la vida completamente, haciendo que, ______, des...