De todas las formas que existían de advertir, esta era la más extraña y desagradable. En cuanto la vio, abrazando los libros entre sus brazos unas calles después del instituto de estudios secundarios del que alguna vez fue parte, se acordó de las palabras exactas que Man-wol había pronunciado con frialdad en su última conversación, y nunca había dudado tanto de las decisiones de su superior.
Se quedó allí, observándola confundido, deseando en lo más profundo que fuese una broma. Aunque sabía muy bien que Man-wol no era ese tipo de persona.Ante la duda recurrió a su collar, el pequeño pedazo de Luna que caída por su pecho escondiéndose entre la fina tela de su remera, lucia como una joya barata que podías conseguir en la calle, pero aquello era lo que hacía especial, porque a pesar de su aparecía mundana tenía una capacidad divina, inverosímil, un sentido que los fantasmas como él no poseían. Hyunjin lo tomó entre sus delgados dedos, jugando con la presión sobre sus bordes truncados esperando una reacción, el mágico joyel no se exigió en tratar de entender la esencia lábil e impactante que ella desprendía al caminar, o porque la forma torpe que tenía de arrastrar sus zapatos negros contra el suelo consiguió que la mirada incrédula del fantasma no se moviera de ella.
Era obvio que la chica sería lo que el hotel necesitaba, Man-wol sabía lo que hacía, pero Hyunjin no pensaba lo mismo. Era más fácil apostar a un error, una interferencia, que admitir que era él quien percibía las peculiaridades de su presencia.Eligió que su paciencia dependiera de un colgante. Así estaba.
Cuando vio que no pasaba nada cruzó la calle para seguirla más de cerca, los árboles maduros que se alzaban sobre sus ojos se sacudieron en señal de gratitud. Al final de estos, la chica seguía su camino esquivando gente, con la mano viajando constantemente a su hombro para acomodar la tira de su bolso que le incomodaba, con su otra mano rescatando los libros resbaladizos que se caían. No sacarle los ojos de encima era agotador.
El fantasma gruñó.
Hyunjin sabía que los humanos podían llegar a ser mucho más de lo que aparentaban, él había sido uno tiempo atrás, pero a diferencia del resto que había conocido, ella no parecía prometer nada especial, se veía... torpe. La sensación de fracaso se extendió por su espalda, escurridiza y helada, como una capa sobre sus hombros rígidos. Había tenido que pasar por discusiones y tareas innecesarias para llegar a esto, una adolescente despistada que no podía caminar dos metros sin tropezarse. Sin embargo, ella era diferente. Man-wol se lo contó. La luna lo dijo.Pero Hyunjin ignoraba cómo el mejor.
Segundos después de que su cabello castaño desapareciera tras doblar en la esquina, como si quisiera revelarse, el collar tomó temperatura contra su piel pálida, intentó avisarle lo que Man-wol le escupió en la cara, lo que el sintió, que la chica era una peculiaridad, aunque no conseguía explicarle por qué.
El collar siguió brillando contra él, emanaba un calor ardiente y nuevo, provocándole costillas a la altura de su corazón. Hyunjin intentó tomarlo entre sus manos, pero el collar se volvió resbaladizo y él comenzó a perder el tacto en sus manos de estrellas y tiempo.Cómo era de esperar, no le creyó a la piedra, no le servía ese tipo de respuesta. Él había sentido el aviso del collar, claramente, pero la decepción al ver que una chica que aún no terminaba la secundaria había sido elegida para trabajar en un hotel como lo era este, era muy grande, por eso decidió tomar esa sensación en su pecho como una mala interpretación sobre la humana, y no como lo que realmente era: una indicación, una señal, una advertencia.
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𝐇𝐎𝐓𝐄𝐋 𝐃𝐄𝐋 𝐋𝐔𝐍𝐀. ─ hwang hyunjin
Fanfiction𝐇𝐎𝐓𝐄𝐋 𝐃𝐄𝐋 𝐋𝐔𝐍𝐀 | cartas y advertencias. Un chico que no está vivo y una fantasía torcida. ︶ fanfic se la serie «Hotel del Luna» ︶OC female x Hyunjin.