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“¿Cómo pudiste?”

Esas palabras se repetían una y otra vez en la mente de Mitsuri

¿No me amabas? ¿Siempre tuviste a alguien más?”

Seguía derramando lágrimas mientras conducía, daba gritos de dolor, golpes a volante, todo a forma de desahogó, pues, su corazón ardía.

Pero no ardía de amor, ardía de dolor.

Su esposo, su compañero de toda la vida, la había engañado, le fue infiel.

Si eso recibía de la persona que más amaba y en la que más confiaba, ¿Que podía esperar de los demás?

Se mantuvo un buen rato así, manejando sin rumbo alguno mientras lloraba. No sabía que hacer, no sabía a quién llamar o a dónde ir, nunca imaginó que esto le pasaría a ella.

No podía ir con su familia ya que no quería que se enteren de la situación, al menos no por ahora, tampoco podía ir con sus suegros, por las mismas razones. Tenía amigas, si, pero tanto Kanae cómo Shinobu se encontraban trabajando, y en caso de ir con ellas, no quería ser un estorbo puesto que ambas mujeres tenían esposos e hijos, además de que serían los primeros lugares en los que Obanai iría a buscarla.

Sacó su teléfono, buscando entre sus contactos alguien a quien pedir ayuda, así también se percató de que pronto sus hijos saldrían de la escuela. Su dedo siguió deslizándose desesperadamente en su lista de contactos hasta detenerse en uno:

Rengoku-San☀️<3

Su "mejor amigo", bueno, su ex mejor amigo. Fueron muy buenos amigos en sus tiempos de estudiantes, eran demasiado cercanos y se querían muchísimo, sin embargo, al casarse, trabajar y tener hijos, perdió contacto con él. Aveces hablaban, solo para saludar, o veía como le iba en sus redes sociales, según lo que había visto, Kyojuro vivía en la misma ciudad, y no se había casado pues se dedicaba totalmente a su trabajo.

Se tomó unos minutos para pensarlo, ir con su antiguo mejor amigo apesar de ya no hablar casi nunca, y llevar a sus hijos con ella pues no pensaba regresar a su casa, no mientras Obanai esté ahí.

De entre todas sus opciones Kyojuro parecía la mejor, solamente rezaba por no parecer una mala persona al llamarlo solo para pedir favores.

Junto toda su valentía, pensando en que es por su bien y por sus hijos, marcó el número del rubio y se llevó el teléfono a la oreja.

¿Bueno, Mitsuri?

Se escuchó la voz al otro lado de la línea.

—R-rengoku-san, hola— habló con nervios intentando no hacer evidente su llanto

¡Hola! ¿Y ese milagro que me llamas?

Amm, digamos que necesito su ayuda, espere, ¿No está ocupado?

Nono, para nada, dehecho hoy no fui al trabajo, cuéntame, ¿Que pasó? ¿Estás bien? Te escucho rara

Oh oh, se dió cuenta

—Ehhh pues la verdad n-no, se que esto sonara raro, y encerio le pido perdón por mi atrevimiento, ¿Podría ir a su casa con mis hijos? ¡L-le juro que explicaré todo! P-pero digamos que estoy apresurada y necesito desahogarme con alguien

Oh..¡Claro! No te preocupes, está bien, tranquila, te envío mi dirección

Muchísimas gracias, en un momento estoy ahí

Colgó la llamada.

Bueno, no había salido taaaan mal.

Decidió ir a la escuela de sus hijos para recogerlos, pues no quería que su "esposo" se apareciera por ahí.

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⏰ Última actualización: Oct 19, 2022 ⏰

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&quot;Engaño&quot;- ObaMitsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora