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Crefales, un reino de apariencia mítica. Con relieves salvajes, climas tempestuosos y aspecto misterioso, como su gente misma. Era uno de los más predominantes e importantes territorios, envidiado por el manejo de su monarquía tradicionalista y la sabiduría de sus reyes.

Se conocía poco de ese dominio, por lo general, no aceptaban a gente fuera de sus tierras y de su corona, mucho menos. Protegían el honor de sus familias, de su nombre y de su rey, ante todo. El poblado de Crefales se caracteriza por ser personas de pocas palabras ante foráneos, y si era posible ignorar, mejor.

¿La razón?; fácil.

Hace muchos años, fue objeto de guerra ante otras monarquías. Los reyes extranjeros anhelaban poseer el reino, para hacer de las suyas sin medida alguna. Deseaban robar sus riquezas y estatus. Sus tierras fértiles para mantenerse en pie y comercializar en el mercado negro. Además, de adueñarse de su gente, clase trabajadora, para esclavizar y explotar hasta el cansancio.

No obstante, gracias al sacrificio del rey Min I no les fue posible conseguir tal cosa. El reino siguió adelante con arduo trabajo y esfuerzo. Sin embargo, debido a la muerte prematura del monarca, su único hijo tuvo que ascender al trono sin experiencia alguna. Convirtiéndose en un blanco fácil para los enemigos.

Y para futuros atentados en su contra.

Min Yoongi, a la edad de 17 años se vio obligado a tomar el lugar de su padre y velar por su pueblo y su gente. Al principio no fue nada fácil, era un crío sin idea alguna de como manejar un reino. Ingenuo, temeroso e inexperto, cometió muchos errores que cicatrizados quedaron en su cuerpo. Pero ahora, el sol y la prosperidad relucía en su hogar.

Si bien, cometió errores en el pasado; fueron esos mismos quienes lo guiaron a la gloria. Ya no era un adolescente, sino un hombre hecho y derecho. Con muchas responsabilidades y obligaciones que cumplir, para que la paz de su pueblo perdurara siempre. Inteligente y tenaz, fue reconocido como el caballero de oro, cuando blandió su espada para defender a su gente ante el ataque enemigo.

Victorioso, levantó su sable manchado por la sangre escarlata de las tropas adversarias que ofendieron el nombre de su padre, de su gente y del actual rey que regía.

Fueron bendecidos por Dios y las bajas que hubo durante la rebelión, fueron compensadas con los nacimientos de nuevos guerreros y ciudadanos que honrarían en grande el nombre de Crefales. Él también recibió su recompensa con la salud y sabiduría de su madre. Su mayor consejera y apoyo ante las adversidades, las dudas e inseguridades.

Gracias a su destacable participación en la defensa de su reino, otros territorios se interesaron en formar alianzas y tratados para comerciar y visitar aquel paradisíaco lugar. Sin embargo, hubo una condición de por medio.

Yoongi ordenó la identificación inmediata de los pueblos vecinos y así evitar infiltraciones enemigas a su pueblo, acompañadas de otras condiciones más. Eso desató un pequeño disgusto en los demás monarcas, pero al final, aceptaron sin chistar ni doblegar la palabra del rey.

— ¿Puedes creerlo?, tuvo el descaro de desconfiar en nosotros - se quejaba en voz alta el monarca de Sladitia

— Le hemos entregado armas, mujeres y bolsas de oro a cambio. ¿Que tan ambicioso puede ser?

— Ese no es el punto - intervino el rey de Zemantis - Si desconfía de nosotros, jamás lograremos nuestro cometido. Necesitamos atarlo a algo

— ¿Un compromiso, quizá?

— Tienes razón, hasta donde sabemos está soltero. Eso nos puede ayudar en mucho

— Sin embargo, ya le hemos presentado a muchas mujeres y ninguna es de su agrado. Ni siquiera la más bella de nuestro reino

Blood Scarlata [Yoonseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora