Flores de Verano-1

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Un día normal.

—Oh, no— Se encontraba quejándose de nuevo en su cama mientras oía la alarma sonar. —Joder, realmente estoy cansado.

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Aquí nuestro protagonista, un chico bajo, 1,62 de altura, cabello lacio negro y relativamente largo al llegarle al cuello, ojos verdes y delgado. Definitivamente un chico cansado de todo levantándose a las 6 de la mañana, otra vez, para ir a su escuela, lo que comúnmente conocemos como un adolescente promedio en esta época.

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El chico tomó a su oso de peluche y lo miró fijamente —Vos venís conmigo, ¿Lo sabés? Tenés que levantarte también.— ¿Quién le hablaría a un osito de peluche? Alguien dele un amigo a este loco niño.
—¡Arriba!— Gritó la madre del joven.
—Acá vamos de vuelta—Dijo "ojitos verdes" para luego meterse debajo de sus sábanas otra vez.
Luego de unos minutos y que su madre le haya regañado un par de veces se sentó en su cama y comenzó a cambiarse, hablando honestamente estaba ligeramente cansado de ese uniforme, sin embargo, no podía negar que le quedaba bien, lo apreciaba y le gustaba mantenerlo perfecto. Finalmente terminó con sus tareas de la mañana y salió de su casa, por suerte su madre lo llevaba en el auto, podía mirar el cielo por la ventana tranquilo sin estar pensando en si su parada ya estaba cerca o la había pasado como al volver a su casa.
Allí estaba, de nuevo subiendo por las escaleras de su pequeña escuela listo para entrar a su salón.—Ok, en serio necesito un ascensor para esto.— Se quejó, irónico porque le tiene fobia a los ascensores — Buenos días.— Dijo al entrar al salón, algunos respondieron su saludo mientras otros se encontraban perdidos en su mundo, se sentó al fondo en su banco y se quitó los auriculares que siempre llevaba puestos. Luego de acomodar sus cosas en el lugar, se levantó y salió en busca de sus amigos que eran de otros grados, todo con el fin de hablar con ellos un rato antes del saludo a la bandera y sus primeras horas de clase.

_..._^•w•^_..._(Dos clases después.)______

Suena el timbre. —Finalmente.—¿De nuevo quejandose? Que sorpresa. Tomó un poco de dinero y su comida para el próximo recreo y salió lo más rápido que pudo luego de despedirse del profesor, subió las otras escaleras corriendo, ya que estaba cansado de esperar en la fila o todo el recreo para poder pagar que calienten su comida.
—Que robo.—Eso decía su madre y él repetía, pagó y entregó su comida para ir a sentarse con sus amigos y jugar a las cartas, otro recreo del montón.

Más clases, llega el recreo de la comida, el segundo del horario escolar, de nuevo sube las escaleras pero esta vez de forma tranquila mientras conversa de tonterías con sus amigos, de repente, silencio, se había quedado embobado mirando a alguien.
—¿Qué te pasa?— Preguntó uno de sus amigos.—¡Boludo me pasó al lado!— Definitivamente este chico no conoce lo que es ser discreto.—¿Quién?— su compañero de recreos se encontraba cada vez más confundido. —¡Él!— Dijo para luego señalar a un chico que terminaba de subir las escaleras charlando con sus amigos, como nuestro querido ojitos verdes.
—Ah, ¿Él? ¿Qué pasa, te gusta?—
—Sí, tarado, mil veces te dije.—
—Y bueno, si a vos te gusta medio mundo, me olvido.— ok, eso suena como si quisiera iniciar una discusión.
El chico de cabello negro lo miró con una expresión de desagrado exagerada a propósito y luego comenzaron a reírse.
—¿Qué les pasa?— Preguntó su amiga.
—El boludo este, que le gusta el pibe de su salón ese que hace caras.— dijo tranquilamente el chico de cabello teñido.
—Eh, ¿Qué te pasa?— Nuestro protagonista, tan amable y cariñoso como siempre.
—Ah, con razón.— dijo la chica de rizos con una leve sonrisa en su rostro.
—¡¿Pueden subir de una vez?!— se quejó un tercero, nuestro protagonista se sintió mal inmediatamente y retomó la subida, que había sido detenida por la conversación, en completo silencio con el fin de sentarse y comer de una vez para distraerse.

Pasaron más horas, el último recreo y finalmente era hora de irse a casa, aún el comentario de ese extraño resonaba en su cabeza, había sido molesto para el resto otra vez, es tonto como se preocupaba por algo tan insignificante, pero dentro de él, era algo que realmente lo atormentaba. Se fue a su casa en colectivo(bus) y el día continuó con normalidad hasta la noche. No tenía hambre, como siempre que se sentía mal, de todas formas sería obligado a comer por lo que no se negó a pesar de sentirse asqueado consigo mismo, al terminar se lavó los dientes y se acostó, rato después  y luego de darle las buenas noches a su madre, se encontraba tirado en su cama pensando mientras miraba su teléfono y observaba los chats sin mensajes, se sentía mal, otra vez, era recurrente para el sentirse de esa forma en las noches, probablemente seguiría pensando y terminaría llorando otra vez, le dolía más que pareciera que todos se ponían de acuerdo en no hablarle justamente cuando se sentía mal, estaba tan solo a pesar de encontrarse... "Acompañado" eventualmente terminó en lágrimas, algo que hacía resaltar sus ojos verdes y que alguna vez le habían dicho que lo hacia ver lindo. Abrazó a su osito de peluche —¿Por qué?— y simplemente se quedó dormido, solo, triste, patético.

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⏰ Última actualización: Mar 06, 2023 ⏰

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