Chapter one

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|capitulo uno:|

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—¡Jimin-ah, ven al sótano, vamos a limpiarlo juntos!

Con pereza, acomodó su polera, apagó la televisión y se dirigió a la habitación de dónde provenía la voz de su madre.

—¿Hace cuánto que no entramos aquí? Huele a ratas en putrefacción—arrugó su nariz con mueca de asco—Dime en que te ayudo.

—Saca aquella caja de la esquina al patio, creo que ahí están tus juguetes de cuando eras pequeño, pero ya no los necesitas, así que los donaremos—mencionó sin quitar la vista del desorden que barría.

—Mamá, han de estar mugrosos.

—Para eso estás tú, para limpiarlos. Ahora ve, y no te quejes—ordenó su madre, dándose la vuelta.

Jimin vio las cajas, eran dos, una más sucia y descuidada que la otra; sacudió el polvo y un par de telarañas, una mariposita blanca salió de quién sabe dónde, también la echó antes de cargarlas y llevarlas a la zona indicada.

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—¿Quieres limonada hijo?—su madre llegó con una charola en manos que fue gratamente recibida.

Antes de irse, la señora Park supervisó el trabajo de su hijo. Abrió los ojos exageradamente cuando vio la caja que, se suponía, Jimin no debería volver a tocar.

—Cariño, has trabajado mucho ya, me llevaré esta caja y la dejaremos para mañana, ¿Bien? Ahora entra, vamos a almorzar—le dio empujoncitos llevándolo hasta la cocina, en dónde ya se encontraba su padre, acariciando al perrito que desde hace unos meses vivía con ellos.

Hank...

Jimin vio a su madre susurrar algo en el oído de su padre, después este asintió y salió al patio, entrando con la caja que él había dejado antes.

Se le hizo raro, muy sospechoso. Tanto como para encender su llamita de curiosidad.

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¡Mira Jimin! Es un perrito—la menor señaló al animalito que buscaba comida entre los basureros.

, ya lo ví—jaló su mano, tratando de que la rubia caminara más rápido. Sin embargo, esta se detuvo justo en frente del cuatrúpedo.

Ow, Míralo, no tiene collar, ¿Sabes lo que significa?

Que los collares perrunos están caros—se encogió de hombros.

¡Qué no tiene familia!gritó asustándolo—Debemos llevarlo con nosotros.

Rosie...no—negó ante la idea de su novia—Nuestro departamento no es apto para perros.

Pero mi corazoncito no me permite dejarlo aquí. Míralo—elevó al animalito, un poco sucio—Es bonito.

Pero tiene pulgas.

Lo bañaremos.

Ghost // JiRoséDonde viven las historias. Descúbrelo ahora