4, Cuenta regresiva.

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El día estaba algo soleado, y mi mente un poco más pérdida, estoy de nuevo en este consultorio, cada día más desconocido, sé que he pisado este consultorio muchas veces, pero nada me es familiar.  
Ni el rostro del doctor. 
Ni la silla. 
Ni el aroma.
Tampoco el escritorio.  
Ni sus palabras, nada lo es.
De nuevo estoy aquí, pero siento que es la primera vez que entro… Con la diferencia de que hoy sé qué hacer, no me encuentro en un limbo como todas las anteriores veces que he asistido, hoy tengo un propósito…

No lo recuerdo, pero leí tantas veces mis anotaciones, que se siente como si lo hubiese vivido.
Repito de nuevo lo que tenía anotado, e intento controlar mi respiración, no quiero ser evidente, ni mucho menos que perciba que estoy buscando algo en específico.
Recuerdo de nuevo las notas:
Nota: La fotografía familiar, buscar.
Rebeka mayor, Tedy, menor, sus ojos caramelo.

MUESTRA CALMA.
*NOTA IMPORTANTE: MIRA HACIA LA PARED BUSCA EL CUADRO FAMILIAR.*      
*MUESTRA CALMA. QUE EL DOCTOR CONFÍE EN TI.* 
*QUE NO SE DE CUENTA QUE SABES ALGO. QUE NO SEPA QUE ANOTAS TODO.* 
*¡MUESTRA CALMA!*

Espero con calma… No puedo demostrar que sé lo que sucedió en la última consulta.  
—¿Te sientes bien? —pregunta. No deja de mirarme. Me analiza, escudriña cada movimiento que doy. No puedo pisar en falso o rompería lo poco que he logrado construir.  
—Supongo.   —respondo sin ganas.
—¿Recuerdas algo de la última sesión?  
—No. —trago grueso, e intento mirarlo a los ojos.
—¿Te han dicho algo de lo ocurrido?   —me observa mientras juega con su bolígrafo, comienzo a sentir miedo, la mirada de Terence logra hacerte sentir que está leyendo cada línea de tus pensamientos, y es desagradable. 
—No doctor, solo que tuve un desmayo, o algo así. —me encojo de hombros restándole importancia, y me reclino en la silla. 
—Puedes decirme Terence.  —dice con una confianza en su tono que me hace asquear.
—Bien procuraré anot… —cierro la boca de golpe. No puede saber. Lo repetí en la libreta, él no puede saber. —Anotarlo en mi mente quiero decir, aunque dudo mucho poder recordar mañana su nombre. —sonrío con nerviosismo.  
Hago una súplica silenciosa para que no sepa que miento, para que no sospeche, para que no indague más de la cuenta.  
—Halley, ¿Anotas las cosas importantes? 
—No.  
—¿Dibujas?  
—No. 
—¿Estás segura que no anotas nada?  
—No.  —respondo a punto de desmoronarme por completo.
Miro desesperada las paredes, es el momento. Pero no hay nada a lo que aferrarme, la foto no está.
La ha quitado.
Busco en su escritorio, mi mirada viaja de un lado a otro, apresurada, no tengo tiempo, no puede preguntar más, no puede sospechar.  
—Hoy te repetiremos algunos estudios —dice—. Son de rutina, para ver si todo está bien.
No respondo.
Busco, busco, hasta que encuentro lo que necesito, un pequeño retrato familiar junto a su porta lapiceros.  
No espero su aprobación, tomo la foto entre mis manos y la observo.  
Están sus hijos, Rebeka, y… Él. Tedy.  
—¿Es su familia?  
Él no sale en la foto. La he cagado.  
—¿Cómo lo sabes?  —pregunta y puedo ver la molestia y confusión reflejados en su rostro.
—No lo sé, fue una pregunta, le pregunto si es su familia. —intento sonar calmada. Me cuesta tragarme cada pizca de nervios que siento.  
—¿Por qué debería serlo?   —Achina sus ojos, y rasca su cabeza.
—Quizá porque lo tiene en su puto escritorio.   —rezo para que crea en mí, y no haga más preguntas.
—Halley, —niega varias veces, en un intento desesperado de contener su molestia, —Sí, es mi familia. —responde con la poca paciencia que le debe quedar.

De nuevo repite mi nombre queriendo lograr algo con ello… Pero solo logra mi desesperación.  
—Es una familia muy bonita, debe ser bonito llegar y tener quien te reciba, y a su vez recordar y saber quiénes te están recibiendo, ¿no?, recordar sus primeros pasos, y cuánto los ama.  
Mi voz se quiebra, no estoy fingiendo, de verdad duele, quema.  
Me perfora segundo a segundo. 
—No del todo. —responde, y quita la fotografía bruscamente de mis manos.  
—¿Por qué?  
—Halley, es tu consulta, necesitamos hablar de ti, de tu progreso, de tu problema, no de mí, ni mi familia.  
—Doctor, ¿Usted quiere que yo confíe en usted, no?  
—Desde el primer día.  
—¿Cómo puedo confiar en alguien que no confía en mí? Además, no se preocupe doc, lo que me cuenta ya mañana no existirá en mi memoria.

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⏰ Última actualización: Aug 22, 2022 ⏰

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