Amarte es un juego perdido

593 51 43
                                    


Le di el último trago a mi bebida. Se sintió especialmente amargo cuando la pantalla de mi móvil apenas iluminando en la penumbra marcaba la 1:45am y solo eso. No había un mensaje, una llamada, nada. Él no había llegado, había roto otra promesa... como siempre.

Esa noche sería nuestra, un día especial para los dos. Y ahí estaba yo, completamente solo en la oscuridad, sentado frente al piano ahogando su ausencia en alcohol. Sintiéndome un estúpido por intentar una vez más acercarme a él y hacer que las cosas funcionaran. ¿Pero cómo podía funcionar algo que estaba destinado a fracasar?

Un nudo se atoró en mi garganta que no pude pasar y empezaba a sentirse como si hubiera tragado un puñado de agujas. Me quemaba y empezaba a asfixiarme.

No quería llorar, estaba cansado de pedir un pedazo de su atención cuando solo obtenía migajas y aparentemente me conformaba con ellas.

Lo tenía a él, como lo que era, mi hermano, pero desde hacía años atrás lo quería como algo más y él también a mí; o al menos eso creía yo al principio cuando me entregué a él en cuerpo y alma. Ese era nuestro secreto, uno que jamás podría salir a la luz si no queríamos ser despreciados por el mundo entero, juzgados por la mirada y el asco de todos los que nos rodeaban.

Tener que amarnos a la sombra de nuestras vidas me había consumido, especialmente cuando tenía que tragar y callar el dolor y la frustración que me causaba no poder amarlo de la manera en que quería. Era asfixiante. Y ese secreto era algo que para él había sido muy conveniente.

Me tenía cuándo y cómo quería, al mismo tiempo que podía desecharme y alejarme sin poder realmente reclamar nada, porque ¿quién era yo realmente en su vida? Su hermano, y solo eso. A veces su amante, pero no su pareja, alguien que a los ojos del mundo no podía serlo y por ende él tampoco me respetaba de esa manera.

Yo sin embargo estaba ahí, dispuesto a darlo todo por él, tanto que tenía miedo de mí mismo y de todo lo que estaba dispuesto a hacer por él.

-¿Todavía despierto?

La voz de Tom se oyó de repente rompiendo el silencio haciendo que me estremeciera. Encendí una pequeña lámpara que se encontraba a mi derecha y pude divisar su figura apenas con la tenue luz que salía de ella.

Caminaba despacio, tambaleándose un poco. Se veía sudoroso, tenía el cabello despeinado y por el aroma que noté cuando se acercó más a mí, me di cuenta que también estaba tomado.

-Estás borracho, Tom. Has estado bebiendo.- Esquivé su agarre empujando un poco su brazo y me vio con soberbia.

-No soy el único, ¿no?- Respondió señalando al vacío vaso que se hallaba frente a ambos. -¿Esperaste mucho?

-¡Sí, Tom! ¿Dónde mierda estabas? Se supone que llegarías a las 9pm. Ese era el plan, era una nuestra cita. Una noche especial para los dos. Hace mucho tiempo que no hablamos y... realmente te extraño. Te siento distante, más de lo normal.- Suspiré intentando calmarme y recobrar el aire. Tenía tantas cosas que decirle, que empezaron a salir de mi boca sin aviso ni control.

-Ay, por favor Bill. Lo importante es que ya estoy aquí.- Me ignoró, empezando a tocar el piano haciendo sonar una canción irreconocible para mí.

-Tom, te hice una pregunta. Y lo importante no es que estés aquí. Es que rompiste tu promesa.

-Se me presentó algo más importante. Igual tenemos muchas noches más para hacerlo. ¿Tan desesperado estás, Billy?

-¿Más importante?- La voz se me quebró. ¿Más importante que nosotros? ¿Eso es lo que quiso decir? Me sentí derrotado. Pude escuchar el crujido de mi corazón rompiéndose en ese momento. No lo soportaba más.

ARCADE / OneShot + Songfic (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora