Cisne Negro /Sovieshu x navier

01 Trasero emplumado

"¿Qué me pasó?." habló finalmente el emperador sin dejar de mirar su cuerpo recién transformado en un cisne.

"¿No quisiste una segunda oportunidad para arreglar tus errores?. Pregunto la anciana. "No me e presentado soy vala el hada es un gusto conocerlo su majestad. La mujer dio tres golpecitos en el suelo con su bastón ahora la demacrada anciana se había transformado en una hermosa mujer, de cabello dorado, piel clara cómo la leche pero lo que más llamaba la atención eran aquellas alas de mariposa que sobresalían de su espalda. El hada hizo una reverencia en señal de respeto.

"¿Si ibas a ayudarme a solucionar mis errores porque me convertiste en un cisne? Eso no tiene sentido."

"No soy la que le dejan las cosas fáciles su majestad. ahora presta atención te daré la oportunidad de regresar en el tiempo y arreglar tus errores. pero, durante cierto tiempo te convertirás en un cisne. ¿Lo entiendes?.

¿Podré arreglar cada uno de mis errores? ¿Finalmente seré feliz al lado de navier?, Pero espera un minuto me convertiré en un cisne, ¿Acaso eso no será un inconveniente?.

"¿Durante cuánto tiempo estaré transformado en un cisne?." Solo esperó que no sea durante la noche sería un gran problema de ser así, ya que no podré asistir a bailes o banquetas que usualmente se realizan a esa hora

"La transformación durará sólo 3 u 4 horas luego de ello regresaras a tu forma humana y no podrás volver a transformarte hasta el día siguiente." Durante tres horas seré un cisne, bien no es mucho tiempo.

"Si me necesitas solo di mí nombre y apareceré, No lo arruines." Con la punta de su bastón tocó mí frente, de un momento a otro comenzé a sentirme más cansado de lo habitual mis ojos luchaban por mantenerse abierto hasta que finalmente dejé que el sueño y cansancio se apoderaran de mí.

Con mucha dificultad abrí mis ojos, mientras acariciaba con la yema de mis dedos mí frente. Noté que estaba en mí oficina, abrí un cajón y comenzé a rebuscar entre el un pequeño diario el cuál me servía para detallar mí día a día. Según lo que está escrito, esté será el día en que castigaría a una de las damas de compañía de navier por gritarle "sucia" a rashta. Había castigado severamente a su dama de compañía sin escuchar las dos campanas.

Seguramente navier me vió cómo un tirano.

Salí de mí oficina y caminé hacia los jardines de la emperatriz. Si realmente esa mujer hizo que regresará en el tiempo necesitaba ver a navier, necesitaba oír su voz, abrazarla, besarla y pedirle perdón por el pésimo esposo y mal amigo que fui.
Cuánto más cerca estaba de los jardines un escalofrío familiar recorrió por todo mí cuerpo, estaba pasando ¿Pero porque tan pronto?. Cuando sentí que mí cuerpo comenzaba a transformarse, corrí hacia algún lugar apartado del restó.

Una vez transformado con algo de dificultad me quité la ropa que traía encima. Debo tener cuidado una vez que regresé a mí forma humana ¿Que dirá la gente si me ve desnudo en los jardines? Se armaría un escándalo.

“¿Que hace un cisne aquí?.” Reconocí aquella voz de inmediato, era la voz de navier mí esposa, mí esposa. Gracias, gracias vala por darme está oportunidad te juro que no lo arruinare

“No lo se su majestad, pero a juzgar por lo bien cuidado que está diría que le pertenece a un noble.” Respondió una de las damas de compañía de la emperatriz.

“Es bastante lindo.” Navier me sonrió con tanta ternura. extrañaba tanto sus sonrisa, pero me encantaría que esa sonrisa sea dirigida a mí yo humano y no al cisne.

Navier hizo un gestó con sus manos para que me acercará a él y sin pensarlo lo hice, cómo aún no estaba acostumbrado a mí nueva forma tropecé varias veces hasta que llegue hasta su regazo y con la palma de su mano acarició mí frente.

“Parece que usted le agrada su majestad.”Hablo finalmente Laura. “¿Deberíamos llevarlo al estanque de las tortugas? Estaría mucho mejor allí.

Navier asintió y sin que me diera cuenta me levanto del suelo. Es bastante fuerte, pensé. Pudo cargarme sin ningún problema.
Al llegar al estanque, navier me bajo con suma delicadeza hacia la orilla del estanque. Al notar que aún no me había metido al agua me dió dos palmaditas en el trasero y de la sorpresa salte hacia el agua.

“La emperatriz acaba de tocar mí trasero.”