Cap 6

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— ¿Esperas que me ponga eso?— Hinata miró la foto en la bolsa y era el traje de pirata clasificado X... bueno, tal vez R11, más increíble que
hubiera visto. Todos los modelos necesitaban a una pirata medio
desnuda a su lado para hacer el cuadro completo. La falda de encaje
crema con volantes llegaba a estar justo antes de exponer
completamente a la chica; Dios no lo quisiera, ¡si la pobre trataba de
sentarse, estaría mostrando sus bienes a todos en la sala!
Los senos de la chica se derramaban de la parte superior a juego,
ayudados por una cincha de cintura color burdeos con una sobrefalda
adjunta. La cincha y la falda a juego estaban bordadas con un
elaborado diseño realizado en oro. Las mangas acampanadas de encaje
le permitían libertad a sus manos al tiempo que prometían caer sobre
todo. El sombrero de plumas hacía juego con la cincha, con los bordes
decorados con encajes color crema. Al menos cuatro plumas se
asomaban por el borde del sombrero. Botas altas color negro con
tacones de ocho centímetros y un sable muy realista completaban el
disfraz.

Si Naruto pensaba que llevaría medias de encaje hasta el muslo como le había comprado, tendría un duro despertar. Las medias sin duda
llevarían el disfraz fuera de la tierra de la clasificación X.
La expresión inocente de Naruto no la engañó ni por un momento.
Simplemente no había manera de que pudiera ocultar el calor en sus
ojos. —Coincide con mi traje. Además, la modelo en esa cosa tiene que
ser más alta que tú. La falda debería llegarte a la mitad del muslo.
—Oh, sí, eso lo hace mucho mejor.
Estaban sentados en el comedor del rincón de Naruto, terminando lo
último de sus cafés. Hinata necesitaba abrir la tienda ese día, Sakura la
cerraría a las cinco. Hinata planeaba entregarle a Sakura su traje justo
antes de irse ese día, dejando a Sakura sin otra opción más que usar lo
que Naruto había previsto para el baile de disfraces esa noche. Aunque,
mirando el traje que había elegido para ella, estaba un poco recelosa
sobre el traje que le conseguiría a su amiga. — ¿Quién eligió traje de
Sakura?
—Sasuke.
—Oh, chico. ¿Puedo ver el traje que probablemente me lanzará a la
cabeza?
Naruto sonrió y metió la mano en la bolsa que había puesto en la mesa
esa mañana. Sacó un top sin-hombros negro de encaje con mangas
largas que se apretaban en los brazos y se ensanchaban en las muñecas.

Después sacó una falda de color negro. Era corta y suelta, del
tipo que volaba si te girabas en el sitio. La parte superior de la falda
tenía un cinturón de cuero con una hebilla de plata, con una espada
real. Botas altas negras casi idénticas a las de Hinata, un sombrero negro de bandido, capa de color negro y la máscara negra completaban
el traje. Donde el traje de Hinata era descaradamente sexy, el de Sakura
era sexy en un estilo sencillo. La falda probablemente le llegaría a la
mitad del muslo también, pero en todos los demás lugares estaba casi
modestamente cubierta, sobre todo porque era obvio que la capa que le
llegaba a las rodillas, cubría su dignidad en la espalda. A diferencia del traje de Hinata, que tomaba a la dignidad y le daba una patada en el
trasero con un gesto alegre y un adiós.
—Wow. Estoy impresionada. Debí haber permitido que Sasuke escogiera mi ropa, también.
Hinata sonrió al oír el tono bajo de Naruto, un gruñido posesivo.
—Muy bien, así que...—Hinata cruzó sus manos encima del traje de
Sakura, —... ¿dónde está mi traje para la fiesta? Quiero decir, tengo que
asumir que este traje es como para un juego de rol en casa o algo así.
—Le mostraré al mundo entero exactamente lo sexy que te
encuentro—.

Sus manos cubrieron las de ella, calmándola y deteniéndolas en su
lugar. Motas de oro bailaron en el azul de sus ojos y Hinata se
estremeció. —Nadie dudará de lo mucho que te deseo. Mi plan es tener
a todos los hombres muertos de envidia y babeando porque yo seré el que te tenga. Quiero que todas las mujeres te odien al verte.
—Sólo estar contigo hará eso—, murmuró Hinata.
Naruto sonrió. No era agradable.
—Quiero que Ino rechine sus dientes hasta volverlos polvo cuando te vea de mi brazo. Y luego quiero que los
dos le sonriamos y le deseemos lo mejor después de que se incline ante
ti. —Maldita sea, Naruto, deberías haber sido una chica.
Eso es totalmentemalicioso—.
Él tomó una de sus manos y le besó la palma, enviando más escalofríos de calor a través de ella.
—Y mañana terminaremos de mudar el resto de tus cosas.
Hinata había cedido en irse a vivir con él anoche. No había ido a su
apartamento desde la noche en que Naruto la había mordido, nada más
que para recoger unos cuantos cambios de ropa, sus artículos de
tocador, su espejo de cuerpo entero sin el que se negaba a vivir, y sus
maquillajes. Su PT Cruiser rojo se había dirigido hacia su garaje, ayer
por la noche, también, y se encontraba ahora al lado de la Durango de Naruto.

EL WALLFLOWER (Libro 1 Naruhina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora