Había vivido una vida llena de felicidad hasta que cumplió los 7 años y su madre por dinero dejó que le cortaran la boca solo por esos verdes billetes
Una noche le suplico a los dioses y vientos, que porfavor, mandaran a alguien para que lo salvará...
Después de un par de horas, kanae termino, y vendo la boca de el niño, haciendo que este fuera similar a iguro en ese aspecto de las vendas.
Kanae: ¡Terminamos! Fuiste muy valiente mi niño, toma un caramelo!
Dijo extendiendole a aquel niño aquel caramelo de un color muy curioso, rojo con blanco.
Iguro se llevó a el niño, dándole las gracias a kanae, por ayudarlo.
Mientras salían de la finca mariposa, el niño volvió a hablar después de todo ese tiempo
Zenitsu: Señor iguro, ¿Quien era la señorita que me curo?
Iguro: ella es una amiga mía, se llama kanae, aparte que es mi compañera de trabajo.
Zenitsu: ¿Y yo a dónde voy a ir?
El pelinegro se dió cuenta de eso, ¿Dónde se quedaría el niño? Definitivamente nunca volvería a la aldea, no creía que algún orfanato lo adoptase por ser un "fenómeno" con vendas, las familias de ese entonces no lo querrían y posiblemente lo venderian a el barrio rojo...¿Que pasaría con Zenitsu?
El pequeño miraba el camino, no había visto nada de el mundo exterior desde que lo habían metido a esa jaula, y escuchar todos esos sonidos de animales, pisar la tierra, ver los pastizales...ere simplemente hermoso
Cómo vio a iguro distraído en js pensamientos, lo soltó rápidamente para tomar una flor que vio, un tulipán amarillo.
Le parecia curioso, lo único que habia visto en su aldea habían Sido girasoles pastizales y sembradillos de elote que comían, nunca otro tipo de plantas.
Volvió a ver a iguro, y jalo su manga sacándolo de sus pensamientos y frenandolo
Zenitsu: ¡Ten está flor rara que me encontré! Es muy bonita como tu
Le extendió sus manitas con la flor para que la tomara, a lo que el pelinegro tomo aquella flor con suavidad, rozando la áspera piel de el niño
Se quedó callado unos momentos, antes de hablarle, con la voz más suave y tierna de el universo
Iguro: ¿Que te parece si vienes conmigo?
Los ojos de el infante brillaron de la emoción, era un milagro, ¿lo había salvado y lo quería seguir cuidando? Lo abrazo en respuesta, como un si indirecto, sonriendo por debajo de las vendas.
Zenitsu: ¡Super si!
Iguro: también si quieres puedo enseñarte a defenderte
Reanudaron su caminata, ahora con destino a la finca de el pilar de la serpiente, hablando de que podrían hacer ahora que el menor habla Sido salvado.
Y este solo era el comienzo de su nueva vida, la más feliz de todas, porque después de la tormenta, el arcoiris da la luz de esperanza que tanto necesitas
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