Capítulo dos

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Cuando las turbulencias pararon, Felix pudo respirar tranquilo y poco a poco fue haciéndose consiente de su alrededor, no pudo evitar sentir miedo cuando se dio cuenta de las miradas de los alfas de traje oscuro sobre él, cómo si estuvieran atento...

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Cuando las turbulencias pararon, Felix pudo respirar tranquilo y poco a poco fue haciéndose consiente de su alrededor, no pudo evitar sentir miedo cuando se dio cuenta de las miradas de los alfas de traje oscuro sobre él, cómo si estuvieran atentos a cualquier movimiento peligroso. El rubio estaba muy confundido cuando percató un cálido agarre en su mano izquierda, sorprendido volteó a ver al hombre que lo sostenía, quien lo miraba de forma suspicaz.

—¡Oh!...¡Discúlpeme!—gritó apenado. Su vergüenza se incrementó cuando se dio cuenta de la herida que le provocó al alfa y se asustó aún más al ver que este solo lo miraba sin decir nada, viendo cómo ignoro la señalización de su herida como si fuera de poca importancia, Felix no pudo evitar pensar que hablaba otro idioma.—¿Pe-perdon...?Le tengo mucho miedo a los aviones y ni siquiera estoy consiente cuando...

—Está bien, oğlan.— contesta el hombre, Felix se congela; oyendo el extraño acento del otro se dio cuenta que podría ser europeo, absolutamente no podía saber con exactitud qué idioma era ese a pesar de estar tan involucrado en muchos negocios internacionales con su padre. Se sintió tan estúpido al hablar en un idioma equivocado, el sentimiento incrementó aún más cuando vio lo roja que estaba volviéndose la herida provocada por él. De su bolsillo decidió sacar unas banditas.

—Permítame, por favor —un escalofrío recorrió su cuerpo cuando volvió a rozar la piel del alfa al momento de poner la bandita encima de la herida. Era claro que no era un alfa común, con tan solo una mirada el omega pudo deducir qué tipo de alfa se había encontrado. Se maldijo cuando se dio cuenta de las fuertes feromonas que correspondían a un AG.

Hyunjin miró extraño la bandita con ositos de decoración, pero no dijo nada. Volvió a poner su atención en el chico frente a él, provocando más nervios en el omega al pensar que lo iba a mandar a matar. Con diversas personas en el mundo no se sabe que loco te puedas encontrar a la vuelta de la esquina. Felix empezó a formular varias opciones de escape.

—Hemos aterrizado, de manera tranquila recojan sus bolsas y maletas que se encuentran en el compartimento abajo o arriba suyo y diríjanse a las salidas que marcan las auxiliares. Gracias por volar con nosotros, tengan una estadía agradable.— Felix agradeció a la voz automática del avión, en su nerviosismo no se percató del descenso del avión y se preguntó si había hecho algo más al hombre frente a él. La misma azafata amable que lo llevó a la primera clase se dirigió a él.

—Por favor, acompáñeme para que pueda recoger sus pertenencias en el ala común. Recuerde que por el cambio de clase tendrá que pagar una pequeña cantidad por los minutos aquí, aún más si pidió algún servicio.

Felix se congeló, tenia el dinero en efectivo exacto para el hotel en el que se quedaría y usar la tarjeta no era una opción. Se tuvo que resignar cuando la beta le indicó dónde pagar una vez fuera del avión.

Con una última mirada al hombre, se fue por sus cosas. Esos ojos dorados realmente le ponían los pelos de punta, eran seductivos pero tenían un toque peligroso y no puedo evitar sentirse aliviado cuando salió del lugar. Estaba seguro que aún podía sentir su mano quemar por el toque del otro hombre.

Mafia roja | HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora