HB 1.

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"Sabes que no nos conviene que la gente sepa lo que ambos tenemos."

Toda su relación comenzó como un arreglo por conveniencia, el término extremadamente refinado que escuchó a Moxxie decir, "un intercambio comercial", eso es lo que era, el único interés de Blitzø estaba puesto en el grimorio que le permitía desplazarse libremente por el mundo de los humanos y así cumplir con sus pedidos de asesinato o lo que fuera, mientras que el interés de Stolas... Ese cerebro de pájaro seguramente solo pretendia tenerlo como su juguete personal para toda la eternidad. Ninguno de los dos se molesto en ocultar sus prácticas sexuales o lo que surgiese, las mordidas o aruñones algunas veces eran más visibles que otras, pero ¿Qué importaba? Cuando cada uno tenía lo que quería.

"Que comemos de una fruta prohibida nos encanta y lo sabemos" .

Una relación entre un imp y un príncipe perteneciente a la familia Goetia, cualquiera podría reírse en su cara, no es como no lo hubiesen hecho ya... Y es más que seguro que sucederá después, pero... Las noches de luna llena que pasaba con Stolas siempre tenían ese toque de diversión, claro, las conversaciones se volvían demasiado calientes y una serie de incoherencias salían de sus bocas. Literalmente cayó sobre la mesa de invitados de la estirada Stella y a ninguno de los dos les importo que la sociedad descubriera que se acostaron, por "incorrecto"' que pudiera ser.

"Yo no necesito ningún otro Don Juan, que me abra la puerta cuando llego al restaurant".

Y Stolas podrá ser literalmente un maldito príncipe, pero es demasiado desvergonzado como para ser considerado como tal, estúpido pájaro horny.

"Lo nuestro es ilegal y no te puedo negar que yo pago la condena por besarte".

Ha hecho cosas mucho peores que esa, las consecuencias importan una mierda cuando el proceso es entretenido y el cerebro de pájaro si que sabe cómo divertirse en la cama, cumple cada uno de sus caprichos sin queja...

"Sé que a tí te pasa igual y no me puedes negar, ya cometí el error de enamorarme, yo vine a verte pa entretenerme y me robaste un beso que no piensas devolverme".

¿Quién le robó a quien? Porque el diablillo iba con la única intención de tomar el grimorio y largarse cómo alma que lleva Lucifer, ja, sí eso.

Pero, para su propia sorpresa, el resultado de eso llevó a una situación que definitivamente no está dispuesto a nombrar, ni siquiera pretende decirlo en voz alta.

"Me sentía volando, me iba escapando, cuando te ví ya me estabas abrazando".

El primer instinto era huir, alejarse cuando su cometido estuviese entre sus manos, si es un valiente o un estúpido, de seguro es lo segundo, porque es idiota todo aquel que cree que Stolas no podría detenerlo, pero él parecía quererlo y Blitzø...

"Tu sigue así, no pares ya, te estás convirtiendo en una enfermedad y sigue así, así no más, que mientras más te acercas más aumentas mi ansiedad".

— ¡AGH PUTA CANCIÓN DE MIERDA! — Su voz adquiere un tono irritado, se había quedado con uno de esos aparatitos musicales en su último viaje al mundo humano y el resultado fue escuchar esa estúpida canción, al principio porque era pegadiza, después porque... ¿Si? Y finalmente terminó molesto porque verdaderamente estaba escuchando la letra, algo en esas palabras lo hacían perder la actitud relajada y burlona que suele poseer. — Hay mejores.

Loona alza una ceja indiferente mientras continua enviando mensajes de texto, no es ajena a las actitudes cambiantes de su padre, sin embargo, casi podría mostrarle una sonrisa burlona, casi, porque le conoce y sabe exactamente que le irritó de esa canción, sin embargo, por el bienestar del jodido orgullo del imp se abstiene de comentar.

— ¿Amor clandestino? ¿Qué tiene de jodidamente interesante esa mierda?

— ¿Por qué importa? — Pregunta ella, es mejor disipar la bulla antes de que termine siendo demasiada. Adiós a su primera intención de dejar su orgullo intacto. 

— Looniii. — Se queja el diablillo en ese tono llorón acompañado de un par de ojitos húmedos, definitivamente todo un dramático y más cuando su preciosa hija no está de su lado. — Tienes que estar de acuerdo conmigo, este ni siquiera es tu estilo de música.

La aludida simplemente le da una mirada poco impresionada y continua haciendo lo suyo. El diablillo al notar que la conversación acabo, sale un rato e inmediatamente es recibido por algo inusual, silencio, una calma inmensa que lo envuelve con cierta frialdad, todo esto bajo el cielo ligeramente rojizo, no sabe que mierda está mal consigo mismo porque nuevamente se encuentra pensando en ese estúpido cerebro de pájaro, toca vagamente el bolsillo de su pantalón, revisa el teléfono y como ya esperaba, ni un mensaje del maldito, ese egocéntrico debe estar en alguna fiesta de mierda o algo así.

— Stolas, enamorado mi verga.

Porque no, definitivamente no ama al jodido búho y no, la canción no lo jodidamente afecto, es un diablillo, ¡demonios, sentimientos su culo!

Helluva Boss: Stars in hell.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora