Por Favor, ámame..

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24 de Diciembre

Hoy es nochebuena y estábamos cenando con la familia de Soojin sus padres nos habían invitado a cenar con ellos para no pasar la noche solas.

La verdad me estaba divirtiendo mucho con ellos, jugábamos juegos de mesa y echábamos chismesito.

Después de jugar un rato les avisamos a nuestros padres que saldríamos Soojin y yo un rato al patio a tomar un poco de aire fresco.

-¿Como te la estás pasando Shu?

-Me la estoy pasando bien Soo, me alegra estar con tu familia

-Que bueno que te estes divirtiendo

-Sip, creo que después de tiempo puedo decir que en verdad la estoy pasando bien en nochebuena- suspiró recordando los momentos difíciles que pase en estas épocas el año pasado.

-En que piensas, Shu?

-Pues ves que en estas fechas yo me quedé con mi papá y no podía ver mucho mi mamá, así que no pude pasar Nochebuena con ella. Aunque sea agradezco haber visto a mi mamá en Navidad

Después de que termine de hablar quedo en silencio hasta que Soojin volvió a retomar la plática.

-Sabes algo Shu?

-¿Que Soojin?-preguntó curiosa

-Que me hace feliz saber que gracias a mi, a tu esfuerzo y al de tu madre pudieron salir de los problemas que tenían con su familia en Taiwán y poder superarlos-

-Me acuerdo cuando te conocí eras una niña tímida, obedeciendo a cada persona que te diga algo, como cuando obedecías todo lo que te decía Minnie, ahora demuestras tu verdadera personalidad y eres tú-me sonríe

-Ay Soo, no digas eso que casi lloro, sabes que soy muy sensible- me seco mi lagrima

-Jajajaja tu tranquila sabes que conmigo puedes llorar y expresarte libremente

-Sip, lo sé, y sabes que igual puedes expresarte libremente conmigo

-Si, lo sé Shuhua

-Oye Soojin

-Mande Shu

-Te quiero- le dije y le di un beso en su mejilla

Solo vi que Soojin se sonrojó y se empezó a reír nerviosa.

-Yo igual te quiero Shu

Después de eso las dos nos quedamos en silencio pero no era un silencio incómodo era un silencio agradable.

Cómo ya no íbamos a hablar me recosté en el hombro de Soojin y me abracé a su cintura, mientras ella recostaba su cabeza sobre la mía y me abrazaba de los hombros.

(Lo bueno es que ya se está acostumbrando a los abrazos)