Capítulo IV

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No debí, jamás debí relajarme tanto ¿Por qué mis ojos se cerraron? Estaba tan cansado después de la actividad física que simplemente me rendí en los brazos de Yuuji, es tan cálida y no pude evitar relajarme

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No debí, jamás debí relajarme tanto ¿Por qué mis ojos se cerraron? Estaba tan cansado después de la actividad física que simplemente me rendí en los brazos de Yuuji, es tan cálida y no pude evitar relajarme... ahora estoy pagando el precio.

Yuuji está amarrada frente a mi y yo no puedo hacer nada pues estoy en las mismas condiciones ¿Cómo permití esto? ¿Cómo fui tan torpe como para permitirlo?

- Satoru - Reconozco esa voz - Debo agradecerte por guiarnos a esta golfa - Este hijo de perra nos drogo, no se con que, pero lo hizo. Luce diferente, un sin fin de cicatrices recorren su cuerpo dándole un horripilante aspecto, justo como debe de ser su podrida alma.

- Dejala en paz, ya no es una niña - Recurro a sus gustos enfermos, es repugnante, pero debo intentar todo lo que pueda para que pierda el interés.

- Puedo lidiar con ese contratiempo - Se acerca a Yuuji, se agacha un poco para tomarla de los cabellos y dirigir su rostro en mi dirección - Está ramera es la única que se me ha escapado y como comprenderás no puedo permitirlo -

- Juro que te voy a matar - Lo amenazo, lo cual parece divertirle en exceso.

- Pero que intenso - Observo como Yuuji intenta hablar sin mucho éxito - Es una lástima que no puedas cumplir con tus palabras - Tres hombres fornidos entran en la habitación, me suben a una silla y colocan una cuerda en mi cuello. De alguna forma es poético, cuando encuentren mi cadáver todo el mundo coincidirá en qué fue en suicidio.

- Me encargaré de hacerla sufrir lo suficiente y entonces haré que te culpen por eso. Todos pensaran que terminaste con lo que iniciaste años atrás - Es verdad, todos pensaran que fui el autor de todo lo que esté enfermo haga - Mírala bien y grabala en tu cabeza - Los ojos miel de Yuuji me miran con determinación, no podrá hablar pero su mirada me dice que será fuerte - No volverás a verla en una pieza -

- No grites - Le digo a Yuuji y Mahito se la lleva arrastrando.

No se cuánto tiempo ha pasado, los hombres frente a mi miran constantemente su celular, como esperando el momento adecuado para actuar, aunque no harán mucho, solo deben empujar la silla que me mantiene en pie y yo me retorcere hasta la muerte.

-Es hora - Sin ningún tipo de remordimiento, como los animales que son, empuja la silla aunque no lo suficientemente lejos, se están asegurando de que parezca una escena auténtica de suicidio.

Salen rápidamente de la habitación y yo comienzo a sentir la tensión en mi cuello, las falta de oxígeno en mis pulmones, la desesperación que crece con cada segundo que transcurre... estoy muriendo.

No puedo rendirme, Yuuji me necesita, debo ser fuerte por ella... piensa... ¡¡Piensa!! Comienzo a balancearme con mucho esfuerzo, trato de hacer que la cuerda ceda ante mi peso, si logro llegar a las ventanas con algo de suerte podré liberarme con algún vidrio roto ¡¡Vamos!!

Te esperaré 10 años de mi vida [GoYuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora