chapter 1

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▬▬ Otra mañana cubierta de harina en la panadería, empezando el día con pain au chocolat

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▬▬ Otra mañana cubierta de harina en la panadería, empezando el día con pain au chocolat. Como un reloj, extendió la masa que había preparado su compañero de trabajo, la corto en cuadrantes y coloco encima la mantequilla fría aplastada. Luego cogió un bloque de fino chocolate con leche y lo coloco encima de la mantequilla fría. Enrollo el croissant y cepillo la parte superior con un pegajoso lavado de huevo batido. A continuación, se aparto momentáneamente de la puerta de entrada para colocar el croissant preparado debajo de una ventana, junto a unas mesas redondas cubiertas de tela de picnic, en las que entraba la luz del sol.

Por supuesto, en ese momento, de espaldas a la puerta, escucho el temido tintineo. "Hola". Oyo una voz suave que hablaba junto al mostrador.

Madeline se dio la vuelta y se detuvo un momento, qué hombre tan hermoso. La luz del sol de las seis de la mañana le daba muy bien en la cara. Y los rizos castaños y esponjosos de su pelo enmarcaban su mandíbula y-

"Sé que técnicamente faltan 29 minutos y 27 segundos para la apertura", pero el hombre rompió su hiper fijación. Se dirigió detrás del mostrador mientras él seguía hablando: "El trabajo empieza temprano y yo... bueno, esta es la parada de comida más cercana".

Madeline sonrió, con las mejillas rosadas. "Y la mejor parada de comida, en mi humilde opinión". ¿Por qué estabas hablando de cosas sin importancia? Nunca hablaba de cosas sin importancia. Ella se rio para romper el silencio, "Um, puedo hacer una excepción, por supuesto. ¿Qué le apetece?"

Miró el menú y sus ojos se desviaron hacia la muffin de arándanos. Luego miró el expositor de cristal de las golosinas ya preparadas. Rápidamente entendió que no quería ser una molestia. "No es ninguna molestia, de verdad. Puede que tardemos treinta minutos en prepararlo, si no te importa quedarte".

Le sonrió amablemente: "Si estás realmente segura".

Madeline rio, era dulce lo considerado que era con un panadero de salario mínimo como ella. "De todas formas tendría que hacerlas más pronto que tarde". Madeline y el amable hombre se miraron durante un minuto, permaneciendo en silencio. "Um", se rio nerviosamente, "Toma asiento donde sea, excepto en esa ventana, supongo". Hizo un gesto con la cabeza hacia la mesa donde estaba el pain au chocolat, levantándose.

Se dirigió a una mesa redonda con dos asientos mientras ella se ponía a trabajar. Su compañero de trabajo salió de la cocina del fondo para susurrarle al oído a ella. "¿Ahora hacemos excepciones con los chicos guapos?" Le dio un ligero codazo.

"Tengo que concentrarme, Gen. Más vale que sean las mejores magdalenas de arándanos que haya hecho nunca". Gen soltó una risita. No debería haber ninguna presión, era una maestra cuando se trataba de trabajar con ingredientes de fruta. Entendía sus cualidades y cómo se derretían y rezumaban al hornearse.

Una vez que termino de verter la masa en la bandeja de magdalenas, la llevo al horno de la cocina trasera. Gen no pudo evitar echar un vistazo a su apuesto cliente mientras ponía el temporizador para la cocción de las magdalenas. "Dios mío, Madeline".

"¿Qué?" Preguntó con un tono de disgusto en su voz. Siempre que ella decía "Dios mío" solía significar que algo iba mal en la cocina.

"Está leyendo. Repito, es un hombre que lee. Lee. Esto es perfecto". Madeline se apresuro a hacer callar a Gen ante eso, pero fue inútil dado que la cabeza del hombre se volvió hacia la puerta junto a la que estaba Madeline y Gen. Se limitó a sonreír y a reírse para sí mismo. Ella no pudo evitar notar lo rojo que se había puesto su cuello.

Decidió que lo mejor era esconderse en la cocina mientras Gen tomaba los pedidos de los clientes que llegaban. Una vez que las magdalenas de arándanos salieron del horno, las envolvió en forros marrones arrugados de panadería. Cambio de sitio con Gen y estuvo a punto de decir el nombre del hombre antes de darse cuenta de que no se lo había dado. Por suerte, se fijó en Madeline cuando levantó la vista de su libro. Recogió sus cosas en su maletín y se dirigió al mostrador.

"Perdona si te ha costado una eternidad". Se rió.

"No, está bien. Vine temprano por una razón". Sonrió mientras le daba la magdalena. Entonces sucedió de nuevo, los dos se cruzaron los ojos por un momento.

Madeline rio nerviosamente, "Bueno, gracias, um..." se quedo en blanco. Esperando a que le diera un nombre.

"Spencer. Spencer Reid". Dijo, sonriendo mientras le entregaba cinco dólares.

Sus manos se rozaron por un instante, una nueva sensación recorrió su cuerpo. "Gracias, Spencer. Disfruta de tu magdalena y de tu libro de Stephen King". Ella dijo mientras él se daba la vuelta para salir por la puerta. Se detuvo un momento y volvió a mirarle.

"¿Te gusta Stephen King?" Preguntó con una sonrisa. Se notaba que no se encontraba con muchos lectores hoy en día.

"Me encanta". Contesto. "Que tengas un buen día, Spencer". Y así, el apuesto hombre se despidió con la mano.

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𝐌𝐘 𝐅𝐔𝐍𝐍𝐘 𝐕𝐀𝐋𝐄𝐍𝐓𝐈𝐍𝐄, spencer reidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora