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Golpeó un poco el suelo de madera pulida con sus manos mientras una canción de la que desconocía el nombre resonaba en el estudio de baile, y el rechinar de las zapatillas de Yunho le molestaban un poco. Dirigió la mirada al espejo tras él y la imagen del rubio lo hizo sonreír levemente para volver a hundir su rostro entre sus brazos, esperando que en algún momento su amigo tuviera piedad de su alma y dejara la práctica un momento.

Tal vez habría escuchado la misma canción unas cinco veces, esperando paciente a que pudiera dominar la coreografía que estaba trabajando, y significaba probablemente cerca de una hora tirado boca abajo junto a uno de los espejos. Y tal vez era su culpa, él había entrado de la nada en la práctica del mayor porque quería pasar tiempo con él pero no había pensado en el pequeño detalle que era el perfeccionismo del rubio, y Mingi estaba aburrido a más no poder.

Estaba harto de escuchar el rechinar de sus zapatos contra el suelo y juraba que no lo faltaban las ganas de ponerse de pie y desconectar el estéreo solamente para recibir la atención de Yunho, pero estaba convencido de que no era buena idea hacer eso. Porque si, lo único que quería era su atención, y bueno, cualquiera quiere tener la atención de la persona que le gusta.

Pero no era el caso con Yunho, definitivamente no. Mingi podía ser el tipo despistado en todo momento, pero era ridículamente absurdo como ninguna de las indirectas que había probado con el mayor funcionaba, ni siquiera la más obvia.
Volvió a golpear el suelo casi a punto de hacer un berrinche y como si los cielos le tuvieran lástima, a los segundos la música fue apagada y pudo escuchar como un cansado Yunho caminaba en su dirección.

Levantó la cabeza y sonrió viendo cómo el rubio se acercaba respirando fuerte mientras secaba el sudor de su rostro con una pequeña toalla.

-¿Estás aburrido Min?

Muchísimo, gracias por preguntar, pensó el pelirrojo ante la pregunta del mayor mientras se acomodaba mejor y se sentaba con la piernas extendidas frente al espejo, Yunho se sentó a su lado dejando su cabeza reposar en el espejo también. Dedicó una mirada de reojo a Mingi con una sonrisa.

-¿Que me ves?

Preguntó animado al menor, quién simplemente apartó la mirada con una mueca.

-Nada, apestas Yunho

Devolvió la mirada con un tono juguetón, ganándose una pequeña carcajada del mayor. Se acercó más a Mingi y este sintió como su rostro entraba en calor. Trató de hacerse para atrás pero no logró separarse mucho de Yunho, quién estaba prácticamente encima suyo.

-¿Ah sí? No mientas Mingi

Se rió tras pronunciar esas palabras con confianza, se inclinó hacia el menor quién trataba de mantenerlo lo más lejos posible poniendo ambas manos sobre su pecho.

-¿Por qué te mentiría? Basta

Pidió entre risas dejando que el nerviosismo que la cercanía del mayor le producía pasara a segundo plano, no dejó de reír hasta que de un momento a otro y en un movimiento brusco y confuso, su espalda quedó pegada al piso y las manos del mayor se encontraban a cada lado de su cabeza, sin dejar que su peso cayera sobre Mingi. Tragó en seco tratando de evitar lo más posible la mirada del rubio.

-¿Volviste a teñir tu cabello? Se ve lindo Min...

Y como si los mismos cielos estuvieran en una especie de confabulación en su contra, sin aviso alguno una de las manos de Yunho fue a parar a su cabello, tomó un mechón entre sus dedos y lo miró atento, mientras su tono serio no hacía más que causar un alboroto en el menor. Trató de sonreír un poco sin que se notaran los nervios y quitó con cuidado la mano del mayor.

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