𝗕𝗲𝗮𝘂𝘁𝗶𝗳𝘂𝗹 𝗖𝗿𝗶𝗺𝗲 ³ ━━━━ ʲᵃᵈᵉ ᵐᵃˡᵈᵉᵃ

𝗔𝗖𝗧𝗢 𝗨𝗡𝗢: 𝗧𝗥𝗔𝗚𝗘𝗗𝗜𝗔

⤾ · ˚ ༘ ◡̈ ꒰ 💚 💙 ꒱ ؘ ࿐ ࿔ *: ･ ﾟ

‘ Algún día te vas a enamorar y
entenderás lo que se siente
en realidad  ’

SI EXISTIA ALGUNA TORTURA PARA UN CORAZÓN ENAMORADO, la princesa de Secramise se había asegurado de que Kalista Seelfloy la sufriera mientras ella reía y se tomaba de la mano con un furioso, frustrado e impotente Jade Maldea.

Si bien el corazón es tanto física como metafóricamente uno de los órganos más difíciles de manejar manejar así como frágiles, Kalista sentía que el suyo simplemente ya no podía salir más herido de aquella situación. Jade y Zerix sonreían a la princesa Ariana de una manera tan dulce que le dio ganas de vomitar.

— El esta sufriendo su rechazo, mi lady.

Kalista se giro y miro a los ojos amatista que la llamaron.

— Príncipe Kamal, es un placer conocerlo — dijo mientras hacía una reverencia — Soy ...

— Kalista Seelfloy, prometida del príncipe de las penumbras — habló el más joven — La conozco señorita Seelfloy, como la mayoría de los invitados.

Por primera vez en toda la velada, la ojiverde se percato de las miradas furtivas y de burla que los demás nobles le daban. Sonrió lo más sincera y dulce que pudo, desconcertando a los que seguían despotricando en su contra y mirándola sin disimulo.

— Pues claro — suspiró, olvidándose por unos momentos que su amado Jade y su prometido seguían de la mano de la princesa — Soy la prometida de una de las joyas de la favorita de Arbezela. La pobre chica que se quedará con las sobras de la perfecta Ariana de Secramise.

— Arina no es perfecta, pero todos parecen ignorarlo — dijo el príncipe mirando a su hermana y a sus joyas convivir con los invitados — Prefieren un ideal falso que uno honesto. Incluso mi padre.

— Sin ofender su majestad, ¿pero hay una sola persona realmente honesta en este palacio?

— Si, la hay. Mi hermana mayor, Samath — el joven príncipe tomó la mano de la señorita Seelfloy como olvidándose de la pregunta, y con ella, de la respuesta — ¿Me consederia esta pieza, mi lady?

Kalista miro la mano del joven y asintió. Sus dos principales opciones para el primer baile estaban muy ocupados con la princesa, y quedarse sola y dar aún más lastima no era una alternativa razonable.

— ¿Puedo hacerle una pregunta, señorita? — pregunto el azabache mientras comenzaba la música y sus cuerpos realizan los movimientos que sabían de memoria.

— Ya lo hizo su majestad — la ojiverde río por lo bajo al ver las mejillas sonrojadas del príncipe y le indico que hiciera su pregunta.

— ¿Es dueña de su vida?

— ¿Disculpe, su majestad? — Kalista parpadeo confundida por la pregunta.

— ¿Eres dueña de tu vida, Kalista?

La mujer miró a los grandes y expectantes ojos del tercer príncipe y por primera vez no vio a ese joven altanero y astuto que conoció en su primera visita al palacio hace casi seis meses, si no a un niño. Un niño que de algún modo perdió su inocencia y la reemplazo con palabras hirientes como navajas.

— Si, y no su majestad — dijo ella mirándole como miraría a un cachorro bebé que fue separado de su madre — Controlo la mayor parte de mi vida, pero algunos aspectos salen fuera de mi poder.

— ¿Cómo su compromiso?

— Como a quien pertenece mi corazón, majestad.

— Oh, ya veo. Y si tuviera todo el poder del imperio, ¿podría controlar totalmente su vida? Incluso eso?

— No lo se, seguramente si. — respondió.

El joven asintió no muy conforme con su respuesta — Yo no controlo mi vida. Ni mi hermano controla la suya. Solo Ariana y Haveron son realmente libres, y no lo aprovechan.

— ¿Y tu hermana, Kamal? Ella controla su vida?

— Aveces, solo cuando no es de utilidad para mi madre — respondió el más joven — Samath dice que pronto no tendré que preocuparme más por eso. Dice que Bavilo y yo seremos libres, lejos de la presión del palacio y el control de mi madre.

— ¿Le crees? — Kalista mantuvo su tono dulce y neutro por fuera, pero por dentro su corazón se comprimia con cada palabra que salía de la boca del joven príncipe.

— Yo le creo, pero tengo miedo.

— ¿Miedo de que? — la mujer y el chico salieron de pista de baile y tomaron rumbo a uno de los balcones, con la intención de estar solos. Una ves que estuvieron dentro, Kalista cerró las puertas y se giro a ver al chico que seguía sin contestar su pregunta y se había puesto a contemplar la luna.

— Temo que no sepa manejar mi vida, y desperdiciar el esfuerzo que hizo mi hermana por liberarme.

— Eres joven, obviamente no vas a saber manejar tu vida. Te equivocaras y aprenderás de tus errores, de eso se trata crecer.

— ¿Te equivocaste alguna vez?

— Todo el tiempo — se coloco junto a él, admirando la luna y su bella luz bañar los jardines — Puedo contarte una historia si no quieres volver adentro en un buen rato, la de mi más grande error.

— ¿Te refieres a...?

— Si, la historia que tuve con Jade Maldea.

Siento que en realidad Kamal es solo un niño asustado que no sabe que hacer con su vida y que tampoco sabe realmente lo que es el amor.