Una semana desde...

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Isn't it boring when I talk about my dreams?

(The dream synopsis– Arctic Monkeys)



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Tecchou nunca había sido la clase de persona que soñara regularmente. Tampoco era una persona que recordara aquellas pocas memorias que surgían en su imaginación mientras dormía. Antes, tan pronto como sus ojos se abrían para recibir un atisbo de luz solar proveniente de la ventana entreabierta, sus recuerdos quedaban en el olvido.

Aquellos sueños olvidados solían ser muy irrelevantes en su vida. Era por ello, que, en la actualidad, encontraría extraño la falta de estos en su vida diaria. Desde aquel momento en el que llegó a la aceptación de la "razón" del regreso de ellos, el volver a soñar se había convertido en una idea tanto excitante como desesperada. La idea de dormir nunca había sido tan interesante como lo era ahora.

En ese breve lapso de reminiscencia, sentado en la orilla de su cama, estirando los brazos en la quietud de su habitación; Tecchou se dejaba caer en la cama de nuevo, cubriéndose el rostro tal cual novia ruborizada que despierta agitada el día de su boda. La única diferencia era que Tecchou no era una novia, ni mucho menos se despertaba para recibir el día de su boda, no. Por supuesto que no.

Un minuto después fue cuando se dio cuenta de su situación.

Tecchou se levantó de inmediato de la cama. Los edredones cayeron sin emoción ni gloria, el sonido del tráfico de Yokohama se hizo presente en el fondo. Una maldición salió de su boca para después arrepentirse. No le gustaba decir groserías, realmente no era su estilo, Tecchou culpó a la mañana y al hecho de que estaba por llegar tarde a su trabajo por su falta de responsabilidad al poner mucha confianza en sí mismo y no poner una alarma la noche anterior.

Alrededor de su habitación, miles de opciones de vestimenta descansaban en las sillas, en la mesa de noche, en la cómoda, en todas partes. La noche anterior, Tecchou había enloquecido un poco con una cantidad criminal de vino tinto y por supuesto, la magnífica idea de escoger su ropa "especial" para la famosa ocasión. El evento que había estado esperando con ansías. No hacía falta mencionar que la situación había terminado en un desastre, repleto de camisas y calzado al azar en su amplio cuarto de descanso.

Una lastima que el vino tinto realmente no hiciera el efecto esperado en su cuerpo científicamente modificado, pero bueno, la intención de emborracharse estaba allí.

Su reloj ya marcaba 22 minutos de retraso y su teléfono no dejaba de sonar. Cuando finalmente terminó de arreglarse, Tecchou salió de su apartamento con prisa. Lo primero que visualizó fue al chófer del ya regular transporte que lo llevaría a las instalaciones del cuartel. Este mismo hombre se apresuró para abrirle la puerta y Tecchou musitó un gracias, ligeramente avergonzado, al mismo tiempo ofreciendo una honesta disculpa por su tardanza.

El trayecto se le hizo corto mientras pensaba en las posibles consecuencias de su tardanza, la cuales serían: ninguna. ¿La razón o motivo de este privilegio? La respuesta era fácil. Siendo parte de los perros de caza, los cuales eran un escuadrón élite: un grupo de excelencia militar formado para la captura de usuarios con habilidades peligrosas que amenacen con acciones terroristas, difícilmente sería reprendido.

El más fuerte del escuadrón no era ignorante a la realidad de su ambiente laboral; él sabía perfectamente la clase de beneficios que su posición y privilegio le otorgaban. Así como había cientos de colegas que alababan su trabajo, sabía que no todos eran grandes fanáticos de los perros de caza. Reconocía aquellas miradas ponzoñosas de otros compañeros cuyo nivel era inferior a ellos. Todo porque los perros de caza tenían un cierto trato diferente.

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