Ben Hargreeves - [the umbrella academy]

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Capitulo uno.

“Ella le estaba hablando..”

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— Oh Klaus, ¡por Dios no lo hagas!— le regañó Ben con fastidio mientras observaba con frustración al rizados, quién rebuscaba en sus pantalones con cierto desespero.

— No molestes Ben, esto es importante.— aseguró impaciente de poder encontrar lo que tanto añoraba en esos momentos.

Ben se resignó y se dedicó a tumbarse en una de las camas. Sabía cuan adicto se había vuelto Klaus su hermano en esos años. Es más, sabía que no había solución para que ese tipo lo escuchase una sola vez, siempre hacia lo que él quería, lo cuál sólo era un dolor de cabeza diario, lo cuál se había hecho ya común y bastante.

—¡Lo encontré!— Exclamó sonriente mientras alzaba sus manos a los aires, casi alabando al pequeño sobrecito que contenía un sospechoso polvo blanco. Para su mala suerte, las repentinas brisas causaron que este saliese volando por la ventana.

—¡No!— Exclamó hechando a correr despavorido por querer atrapar su preciado tesoro.

Ben se dedicó a permanecer allí. No había caso alguno para que lograse convencer al rizado, nisiquiera un "soy tu hermano" pero no, ese hombre poseía una cabeza demasiado hueca o así era como el mismo lo describía.

El sonido de las puertas lo alarmó.

Su tranquilidad había acabado.

—Mierda...— musitó levantándose y emprendiendo apresuradamente en dirección de su ahora ya drogado hermano, el cual permanecía en el suelo mientras sonreía estúpidamente.

—Ahora no Klaus...el dueño regresó...— murmuró con cruzandoce de brazos.

—¿¡Enserio!?— Exclamó sonriente, —Eso es genial, ¿Debería decirle que estamos aquí?

—No, Porsupuesto que no.

—¡Aquí señor, estamos aquí!— Volvió a exclamar entre risas.

Suspiró.

Estar en casas ajenas era algo que al principio le parecía estúpido, bueno no antes por qué mentiría que aún no le pareciese de la misma forma. Klaus se dedicaba a dormír en cualquier lugar donde hubiese techo y cama, nada más. Bueno o eso siempre intentando por qué no faltaban los días lluviosos en los que le tocaba observar a su hermano empapado por la lluvia mientras reía como lo idiota que era.

Notó a la distancia a una muchacha, la cuál frunció sus cejas con extrañeza antes de caminar hacia atrás y sacar una especie de escopeta, la cuál no dudó un segundo en recargar.

—Esa chica está demente..—murmuró al verla acercarse a grandes zancadas hacia ambos.

—Creo que está vez terminarás como yo hermanito..— suspiró agachándose lo suficiente como para quedar en cluquillas.

—¿Quién eres y qué hacen en mis propiedades?— cuestionó con notable desagrado.

Ben sonrió mientras volvía a dirigir su atención hacia el rizado, el cuál alzó levemente su cabeza para notar lo enfadada que se encontraba la desconocida muchacha.

—Hey no me mires de esa forma o de lo contrario me reiré..— advirtió antes de hecharce a reír mientras se revolcaba en el suelo, —Ben, esto es tan divertido... deberías probarlo...

—Cierra la boca Klaus.

—No, cierra la boca tú, — ordenó apuntadole con la escopeta, —Me dirás quién carajo eres tú y ese sujeto, y porqué están en mí casa.

Ben pareció procesar sus palabras por unos largos segundos. ¿Ella se dirijía a él?
No, imposible, la única persona en el mundo que podía verlo era Klaus, nadie más.

—Klaus será mejor que respondas o esta loca te va a-

—No, quién terminará con un agujero en la cabeza serás tú, si no contestas mis preguntas.

Sus ojos marrones se abrieron con notable sorpresa. ¡Ella le estaba hablando, otra persona a demás de el drogadicto de su hermano le estaba hablando! ¿Acaso algo había cambiado? Por qué si era así, no cambiaría por nada ni nadie en el mundo esos segundos llenos de esperanza que le daban las palabras de esa desconocida chica, la cuál parecía cada vez más impaciente por su respuesta.

—Sé que esto sonara extraño pero, ¿Me hablas a mí?— inquirio con una pequeña sonrisa en sus labios llena de esperanza.

Ella le observó con extrañeza, ¿Podía existir un hombre tan estúpido como el que tenía en frente? Desde un inicio se había dedicado en interrogar a ese tipo pero aún así, este parecía ser demasiado lento para entender las cosas que sucedían a sus alrededores. ¿Acaso se trataba de un loco que había escapado de el hospital psiquiátrico?

—¿Me escuchas?— inquirio mirándola a los ojos.

—¿Acaso crees que estás en las condiciones de preguntarme cosas? Quiero saber, ¿Quién eres tú y qué haces en mi casa?!— exclamó perdiendo toda paciencia mientras se acercaba rápidamente hacia él y apoyaba la boca de el arma en su frente, —Respóndeme si no quieres morir.

El río.

—Esto es demasiado irónico.— comentó mientras negaba y alzaba ambas manos en señal de sumisión y rendición, —Yo ya estoy muerto.

—¡Respóndeme de una put* vez!

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Notita: Bueno, admito que el primer capítulo es un tanto corto pero bueno, es lo que hay.

Por cierto, ¿Qué les pareció el primer capítulo?

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