Prólogo

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Solo estábamos tu y yo y nuestra poesía, esa poesía que me inspiraba a quedarme un rato mas en esta vida con una sociedad horrible, una sociedad que piensa que nosotros somos una basura, esa poesía que me inspiro a seguir amándote sin importarme nada, esa poesía que nos enseño nuestra propia poesía.

-Estas listo?- me pregunta Kathe mirándome desde la puerta queriendo llorar.

-Si lloras yo también lo hago y seremos un mar de lagrimas, así que no llores, ven abrázame- me acerco a ella y le doy un abrazo firme y duradero.

-Estoy orgullosa de ti, te ves divino en ese traje, te quiero un montón.

-Yo también te quiero- me quedo abrazándola un rato mas y decido salir de una vez.

Salgo de la habitación y me subo al carro, esta decorado super hermoso, con rosas blancas y rojas, durante el camino voy pensando en lo feliz que me ha hecho Samuel hasta ahora, en este primer poema que le escribí a él y que nunca me atreví a decírselo, llego a la iglesia y lo veo desde lo lejos, su traje negro me da mucha alegría, pero decido no llorar, camino hacia el altar y solo sonrío por lo hermoso que es el novio.

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