Voces en mí interior.

Capítulo 4: Todo se va derrumbando

Sarina despertó y le arregló para ir al colegio, al llegar Sarina ve que llegó el niño bravucon y estaba junto a sus amigos, él se le acercó a Sarina y le agarró fuerte del brazo y le dijo -Estas mucho más guapa, eh nena. Sarina lo empujó y le gritó -¡Dejame en paz ya Camilo! Y ella salió corriendo al salón, Después de terminar la penúltima lección se fue a receso y se reunió con sus amigas, una de ellas se llamaba Gabriela y la otra Verónica, Gabriela dice -Hey Sarina, Camilo está diciendo que te le insinúas. Sarina mira a Gabriela y dice -¡¿Qué?! Yo no he hecho tal cosa ¿qué te pasa? En eso llega una multitud de gente junto a Camilo y le empiezan a gritar -¡Zorra, sobrada, resvalosa! Y muchas cosas más, Sarina corrió llorando hacía los baños y cerró por dentro, estaba oscuro el baño ya que no había luz. Sarina se sentó a un rincón a llorar y decía -Yo no dije eso, yo no he hecho nada, dejenme ya ¡POR FAVOR, YA, YA, YA! ella se agarró la cabeza y se encogio y empezó a tambalearse para adelante y para atrás, a los 10 minutos sale del baño corriendo hacía el salón, no había nadie en eso Sarina escuchó la voz de la noche anterior pero esta vez le decía -Vengarte te ayudará mi pequeña Sarina, hazlo, hazlo. Sarina gritó -No, no quiero vengarme de nadie dejame en paz. Sarina volvió a llorar por la frustración. Sonó el timbre del receso y todos regresaron a clase, todos le tiraban papeles a Sarina, después de la salida su madre la fué a recoger y le pregunta -Hija, ¿cómo te ha ido en el colegio?. Sarina dijo sarcásticamente -De maravilla, mamá, de maravilla.