Los días pasaban y pasaban, hasta que llegó septiembre, y como consecuencia, el inicio de curso. La mañana había comenzado tranquila. Me encontraba en la cocina removiendo con pesadez la leche en la que el cacao se encontraba disuelto. En mi mano izquierda sostenía una nota que estaba firmada por mi madre:
“Buenos días hija, que tengas un maravilloso inicio de semana. Te quiere, mamá”.
Esta provocó que mis labios dibujaran una pequeña sonrisa que enseguida tapé llevándome la taza a la boca. Mi madre era muy trabajadora y tenía mucha fuerza de voluntad, tuvo que sacarnos adelante a mi hermano y a mí, no porque nuestro padre hubiese fallecido sino por trabajo. Pasaba prácticamente todos los días fuera de casa, al igual que ella actualmente, pero durante aproximadamente 14 años estuvo en casa pendiente de mí todo el tiempo, y más tarde, cuando mi hermano nació, cuidando de él también. Finalmente, cuando yo apenas tenía 12 años, mis padres decidieron divorciarse. No porque el amor se hubiese acabado, sino porque apenas pasaban tiempo juntos y ya no era lo mismo que antes. Ahora mi madre trabaja de la noche a la mañana para que no nos falte de nada.
Subí tranquilamente a mi habitación con la taza entre mis dedos, recogí rápidamente esta y me vestí con unos pantalones vaqueros y una camiseta básica blanca. Agarré con una mano mi mochila que había preparado el día anterior, mientras que con la otra aún sostenía la taza.
Cuando me disponía a bajar las escaleras, la taza se resbaló por mis dedos provocando que lo que quedaba del líquido se derramara por el suelo y el recipiente se rompiera. Coloqué mi mano en mi boca y solté un largo suspiro.En la entrada del instituto veía muchas caras nuevas pero que había visto años anteriores, aunque también algún que otro compañero nuevo de mi curso o del superior. Más o menos todos seguían iguales con algún pequeño cambio físico como podía ser vello facial, algo menos de acné o incluso cambios de corte de pelo. Otros, por el contrario, me era difícil identificarlos pero tenía un pequeño presentimiento de que ya nos conocíamos de antes. Andaba totalmente embobada por los mayores hasta que una voz femenina y muy conocida me sacó de mis pensamientos mientras me rodeaba con sus brazos por detrás.
ー Buenos días Vik, ¿con ganas de nuestro primer día?
ー ¿Te soy sincera? No me hace mucha ilusión primero la verdad, y más teniéndote que aguantar un año más ー bromeé.
ー Ay, eso me ha ofendido ー contestó Wen colocando su mano en el pecho con dramatización.
Andamos hasta la entrada de la clase comentando lo corto que se nos había pasado el verano. Una de las ventajas que tenía era que durante este curso no iba a coincidir con Drake, debido a que nunca hemos ido a la misma clase, más bien, ni al mismo instituto, cosa que me evitaba tener encuentros incómodos. Le conocí un poco antes del verano pasado, era el amigo de un amigo mío. Un día quedamos, me pareció un chico majo y mono así que seguimos hablando cada vez más y más. Después de dos meses hablando, empezamos a salir.
ー¿Has visto cómo están los de segundo? ー me susurró mi mejor amiga cuando uno de estos pasó por delante nuestra.
Reí un poco y contesté con toda la naturalidad del mundo:
ー Date cuenta que llevas sin verles desde que estábamos en tercero de secundaria, algo habrán tenido que cambiar, digo yo.
El día fluyó con normalidad, comenzamos con una clase de tutoría. Me senté en tercera fila al lado de la ventana. A mi izquierda se sentaba Wen. Delante mío, Evans, era el típico chico callado pero con una personalidad bastante interesante. Era el primer año que coincidimos en clase ya que era repetidor, por lo que nunca habíamos intercambiado palabra alguna. Detrás en cambio, Mike, el exnovio de Chloé, la cuál se sentaba una fila por delante mia pero tres mesas a la izquierda. La primera clase fue tranquila y orientativa, al igual que las restantes del día. Nuestra tutora parecía ser un cielo de persona, se la veía con más ganas del curso que incluso a nosotros.
Al finalizar las siguientes tres horas, la cuales eran clase de Literatura, Matemáticas y Biología, en ese orden, vino la hora de la comida. Wen y yo agarramos una bandeja mientras pasábamos por los laterales del comedor adquiriendo la comida del día. En este caso, un poco de sopa de primero, y de segundo filete de pollo acompañado de un puré de patata. Para finalizar la comida un poco de gelatina de fresa.
Mi mejor amiga me hablaba de lo diferentes que eran los criterios de evaluación de las asignaturas. La verdad, no le estaba prestando atención. Mi mirada se encontraba posada en los del curso superior. Trataba de ubicar alguna cara conocida en algún momento clave. Alguna que otra sí me sonaba, bien porque éramos vecinos o bien porque habíamos compartido extraescolares. No podía parar de pensar en el inmenso glow up que algunos habían tenido que hacía que me fuese imposible reconocerlos. Se notaba que claramente llevaban tiempo conociéndose ya que se podía observar que las meses estaban separadas por grupos.
Los chicos en una mesa mientras gritaban y se tiraban puré como sí fuesen aún críos de 3° de primaria. En otra mesa se diferenciaban los que podían ser denominados como los "raritos" del curso. Al lado de estos, los amantes de la música, todos ellos portaban un instrumento o algo parecido. En cambio, algo que me sorprendió fue que el grupo de las "populares" se encontraba dividido en dos mesas y que entre ellas ni se dirigían una mirada. Bueno, luego había otros grupos más variados que tenían un poco de todo a los cuales no eran capaces de asociarlos un nombre.
ー Solo espero no suspender biología ー finalizó Wen con un largo suspiro de cansancio aún sin haber empezado el curso.
ー Seguro que no ー respondí yo sin siquiera haber prestado atención a todo lo anterior que ella me estaba contando.
Tras quedarnos un rato mirando los sitios restantes de nuestro curso, nos decantamos por sentarnos con Evans que se encontraba solo en una mesa al lado de la puerta de la sala.
ー Evans ー comencé para llamar su atención ー, ¿te importa que nos sentemos contigo?
Levantó la mirada y nos examinó de arriba abajo con sus ojos verdes. Finalmente se movió a un lado cediendonos espacio. Me senté a su lado mientras Wen se sentó frente a mi. Comimos con tranquilidad mientras de vez en cuando nos parábamos a mirar al resto de estudiantes del comedor.
El día finalizó de maravilla, al ser el primero no teníamos nada que hacer por la tarde así que decidimos dar un paseo. Durante todo el tiempo hablamos de como nos íbamos a organizar el curso. Mi idea era la misma que había seguido todos los años, llevar todo al día y poco a poco ir estudiando. En cambio, Wen comentó que optaría por estudiar la semana de antes, algo que la había sido efectiva durante la etapa anterior, pero, en mi opinión este curso no sería de ayuda, en cuanto tuviese dos exámenes como mínimo al día, se vería agobiada e incapaz de estudiar todo.
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Un Mensaje Que Nunca Envié
Romance¿Qué pasaría si te pillas de un chico el cuál no conoces y solo le ves en tu instituto? ¿Cómo expresarías todo lo que sientes? Ahí entra el confidente de todo esta historia de Vik, el bloc de notas donde "otro mensaje que escribo y no envío, pero p...