ー Enserio tía, no merece la pena llorar por... Ese ー dijo Wen, mi mejor amiga, la que siempre ha estado conmigo durante los últimos cinco años. Fue la primera persona que llamé después de contárselo a mis padres, claro.
ー Ese ha sido 10 meses de mi vida, Wen.
Ella se acercó a mí, que me encontraba hecha una bola en mi cama con las manos en la cara y los ojos enrojecidos. Me rodeó con su brazo y no dijo nada más hasta un largo silencio.
ー ¿Quieres que te diga lo que pienso de él?
Levanté la cabeza para mirarla con el rímel algo corrido y sollozando. Ella no esperó mi respuesta y continuó:
ー Es un idiota. Y tú también, por llorar por él y por no ponerte el rímel waterproof que te regalé por tu cumpleaños.
Esas palabras provocaron una leve sonrisa en mis labios, la respuesta que ella esperaba.
ー Te lo digo de corazón Vik, todavía te queda verano, no te desanimes por esto. Disfruta ahora más que antes ー terminó mirándome con una sonrisa.
ー Gracias ー logré decir al fin con una sonrisa ー, por todo. Eres la mejor amiga que podría tener.
Era verdad, nunca me había abandonado, y mira que tenía altibajos. Nunca se había ido. Creo que nunca habíamos discutido. Ni una absurda pelea. Nada de nada.
ー Oh venga, no te pongas ahora ñoña, que ya tienes una edad. Para eso están las amigas, ¿no? ー dijo con una sonrisa burlona.
Dicho eso, ambas nos fundimos en un cálido y reconfortante abrazo.
A la mañana siguiente, nada más salir de mi cuarto, mi madre salió de la cocina para darme un abrazo y un beso en la frente que significaba, "Buenos días".
ー Te he preparado el desayuno ー dijo volviendo al lugar anterior con una sonrisa.
Aparte de ser mi madre, era mi amiga y compañera. La que más me entendía. No hacía falta que hablase. Con una mirada comprendía lo que me sucedía. Eso era lo que más me gustaba de ella. Sabe lo que necesito en cada momento.
Y ahí estaba el cuenco de leche con cereales esperándome. Mientras comía con vagueza mis cereales, apareció esa pregunta. Aquella a la que aún no me encontraba capaz ni con fuerzas de responder.
ー ¿Cómo te encuentras?
ー Bien, supongo ー contesté tratando de evitar que se me cristalizasen los ojos.
No quería llorar. No otra vez. Claramente no me encontraba bien. No me esperaba que después de una buena noche mi novio decidiese dejarme sin darme explicación alguna, necesitaba una. No. Me debía una.
Mis ojos aún se encontraban hinchados debido a haber estado toda la noche llorando. Lo único positivo que trataba de buscarle a toda esa situación era que había dormido sin ningún tipo de problema debido al cansancio que llorar suponía.
ー Bueno amor ー continuó mi madre sabiendo que la respuesta era totalmente contrario a la que mis labios pronunciaban ー, sabes que tu padre y yo siempre estaremos a tu lado. Es más, yo ya te lo avisé. Nunca me dio buena espina. ¿Qué clase de chaval tiene el pelo teñido al completo? Yo le daría estas canas para darle una buena razón para teñirlo.
En mis labios se dibujó una pequeña sonrisa que mi madre acompañó con otro beso en la frente. Terminó de pasar el paño por la encimera para coger las llaves del coche y abrir la puerta. Como todos los días de verano, (y todos los días en general), debía ir a trabajar y yo me quedaba sola.
Nunca el silencio se me hizo tan ruidoso como aquel día. Porque, aunque no se oyese ninguna voz, la mía propia generaba un millón de preguntas, las cuales no recibirían respuesta hasta como mínimo dos semanas, que era el tiempo de vacaciones de verano restantes.
Cuando terminé el desayuno, respiré hondo mirando a la pared grisácea mientras repiqueteaba los dedos en la madera de la mesa. Miraba a todos lados, inquieta y sin saber qué hacer. Aunque de vez en cuando miraba al teléfono que apoyado en la mesa se encontraba, esperando su llamada. Una llamada que no se realizó, ni ese día, ni el siguiente, ni las tres semanas siguientes.
El final de las vacaciones se acercaba, las siguientes semanas habían transcurrido con cierta normalidad pero no monótonas con respecto a antes de ese día. Wen y yo habíamos pasado los días en la piscina, hablando sobre distintos temas. Desde como sería nuestros comienzos en bachillerato, hasta planear el verano del año que viene. Era muy anticipado, pero desde pequeñas nos gustaba tener, al menos, unas pequeñas expectativas de como iba a ser el año, ambas lo apuntábamos en una libreta que teníamos en común desde hace 4 o 5 años. Pero este año era diferente, al rozar mis dedos con la tapa de la portada, una serie de recuerdos vinieron a mi mente. Al abrirla, las páginas estaban más amarillentas que de costumbre. Pasé las páginas leyendo con vagueza alguna de las cosas apuntadas.
Al llegar a una página en blanco, agarré el bolígrafo y entre las dos comenzamos a enumerar las expectativas que teníamos sobre este año. Wen escribió las típicas cosas que escribiría una adolescente de 16 años, más bien, cosas típicas de Wen. Eché una rápida mirada a su parte de la lista: Conocer al amor de su vida, aprobar el curso con una media decente, emborracharse por primera vez, salir, ir de fiesta, ir las discotecas más famosas de la zona,... Mientras que en la mía solo se podía leer: "Mantener mis calificaciones".
¿Qué más podía esperar de este curso? No tenía ni idea. La voz de Wen me sacó de mis pensamientos.
ー Venga tía, date prisa, que quiero meterme en la piscina ー dijo dejando el boli sobre la libreta y levantándose con gran rapidez.
Ella era una futura estudiante de medicina, mientras que yo quería especializarme en neurocirugía. Nuestros estudios estaban prácticamente enfocados a lo mismo, aunque mi idea principal era especializarme más en el sistema nervioso, por lo que teníamos la suerte de que, al hacer el mismo bachillerato, estábamos en el mismo instituto y en la misma clase.
Suspiré nerviosa por tener a mi amiga esperando y no tener ninguna aportación para la página, por lo que me decanté por ideas propias de una persona de mi edad. Terminadas cuatro tonterias, me levanté y corrí hasta llegar a Wen.
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Un Mensaje Que Nunca Envié
Romansa¿Qué pasaría si te pillas de un chico el cuál no conoces y solo le ves en tu instituto? ¿Cómo expresarías todo lo que sientes? Ahí entra el confidente de todo esta historia de Vik, el bloc de notas donde "otro mensaje que escribo y no envío, pero p...