Capítulo 1

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Aleska caminaba por los pasillos del Camp Nou a paso apresurado, el partido había terminado y después de esperar a que la mayoría de los espectantes se fueran, bajaba hacia los vestidores, era como si fuera invisible para los guardias, que la dejaban pasar sin poner siquiera atención a ella, tal vez se debía a su pequeña figura o tal vez a quien era su padre.

Al estar justo afuera de los vestidores se detuvo en seco, en definitiva no pensaba entrar y encontrarse con los compañeros de su padre semidesnudos eso sería lo más incómodo que podría pasarle.

Ese día una de sus hermanitas estaba enferma, por lo cual su madre se había quedado en casa con las dos más pequeñas y ella había acompañado a su padre a su debut oficial en LaLiga frente al poderosísimo Rayo Vallecano, y decía poderosísimo porque el marcador había terminado 0-0 con un gol anulado precisamente de su padre.

Aleska se aleja unos metros de la entrada y saca su teléfono móvil, marca a su padre, escucha el sonido intermitente pero nada, no contesta, está decidida a esperarlo afuera hasta que aparezca, lo cual no le agrada, pero no tiene otra opción, lo peor es que en este nuevo estadio y nueva ciudad no conoce a nadie, en Múnich tenía un círculo social el cual solía acompañarla a los partidos, eran una especie de club, pero aquí tendría que esperar hasta que su padre apareciera, sola.

De repente aparece un chico por el pasillo que se dirige a los vestidores, aún no conoce a la mayoría de los jugadores de la LaLiga, ya que su mundo hasta hace poco giraba en torno a la Bundesliga, pero a este lo identifica como Pedri, es decir, ¿quién no conoce a Pedri?

El chico camina despreocupado con una botella de agua en la mano sin notar su presencia, así que llama su atención hablándole.

-Hey, disculpa -el chico voltea a verla-. Pedri, ¿verdad? -él asiente-, ¿Me harías el favor de avisarle a mi padre que le estoy esperando aquí?

-¿Tú padre? -dice Pedri un poco desconcertado

-Sí, por favor -dice ella

-Sí, pero... -dice nuevamente confundido- ¿quién es tu padre?

-Oh, claro, que tonta he sido, aquí nadie me conoce... Robert Lewandowski

Pedri alza las cejas como entendiendo.

-¿Hablas español? -le dice después un poco sorprendido

-No -dice ella en un tono sarcástico-, te estoy hablando en Eslovaco

Pedri inclina la cabeza de lado, al parecer no entendió el sarcasmo y Aleska piensa lo difícil que es comunicarse con alguien que no lo entiende, pero a la vez la cara de Pedri le parece tierna y se arrepiente de haber usado el sarcasmo en esa primera interacción.

-Lo siento -dice-. Sí, hablo español, ¿quién crees que le enseñó a mi padre lo de "Muchas gracias. Me llamo Robert, soy de Polonia, vivo en Barcelona"?

Pedri sonríe de lado.

-Bueno, en realidad eso lo aprendió de Duolingo, y mi madre tiene una maestra particular, yo lo aprendí en la escuela cuando aún vivíamos en Alemania, al principio se me hizo complicado pero... Lo siento, siempre suelo hablar de más, lo siento, necesito amigos -dijo intentado bromear pero Pedri se mantuvo serio-, ¿podrías llamar a mi padre, por favor?

Pedri en ningún momento se había sentido incómodo con la improvisada plática, y se rió de la reacción de la chica.

-Claro, con gusto. Soy Pedro González, por cierto -dijo acercándose a ella-, bueno, aunque eso tú ya lo sabes.

Ella asintió.

-Aleska -dijo ella extendiendo la mano para saludar

Pedri miró su palma y tomó su mano.

-Le avisaré a tu padre que estás aquí -dijo antes de alejarse-, un gusto en conocerte Aleska -dijo antes de entrar a los vestidores.

-Le avisaré a tu padre que estás aquí -dijo antes de alejarse-, un gusto en conocerte Aleska -dijo antes de entrar a los vestidores

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Bueno, he aquí el primer capítulo, corto pero es sólo el inicio.

Como algunas sabrán Robert Lewandowski fue mi amor platónico muy intensamente por ahí de 2014, cuando acababa de llegar al Bayern, de hecho hasta me caía mal su esposa porque la envidiaba (que oso jajaja), en fin, cuando comenzaron a sonar las noticias que se venía al Barça a mí no me agradó la idea (por su historia en el Bayern), pero ahora que ha llegado al Club de mi vida, comenzó a medio agradarme otra vez y pensé, ese hombre podría ser mi padre y yo toda enamorada de él hace años y he aquí la razón por la cual se me ocurrió esta historia y como aún no hay ninguna de "La hija de Robert Lewandowski" dije, ¿por qué no? En fin, espero la disfruten tanto como yo al escribirla. 

Aleska: La hija de Robert LewandowskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora